Está claro que la próxima película de Ridley Scott es una de las más esperadas en este inminente 2012 que tenemos a la vuelta de la esquina, y uno de los films que más expectativas está creando. Prometheus se estrena el 8 de junio de 2012 y el secretismo que envuelve a la producción es más que notable, jugando con la ambigüedad y tratando de no desvelar demasiados detalles de la trama en lo que sin duda se ha convertido, sea de forma deliverada o fortuita, en una estrategia comercial realmente potente.
Aunque el argumento oficial apenas revela detalles -todo gira en torno a un grupo de científicos y exploradores que emprenden un emocionante viaje, poniendo al límite sus facultades físicas y mentales en un planeta muy lejano, donde descubrirán las respuestas a las preguntas más profundas sobre el misterio de la vida-, los rumores sobre las conexiones entre este film y Alien (1979) empezaron a circular hace tiempo y se baraja la posiblidad de que Prometheus sea una especie de precuela que conecte con Alien -una de las grandes películas de ciencia ficción de toda la historia- en los últimos 8 minutos de película.
Tampoco podemos dejar de lado el hecho de que el reparto esté formado por una combinación de nombres de cierto peso dentro del mundo del cine y algunos rostros muy conocidos de la industria cinematográfica, como Noomi Rapace, Charlize Theron, Michael Fassbender, Patrick Wilson, Idris Elba, Guy Pearce o Logan Marshall-Green. Reparto pues brutal para una -espero- nueva joya de la ciencia ficción para la que aún tendremos que esperar medio añito. No cabe duda de que el regreso de Ridley Scott a dicho género es un acontecimiento largamente esperado, y si a eso le unimos la participación de Walter Hill como uno de los productores -ya participó en todas las entregas de la saga Alien-, el lujoso reparto anteriormente mencionado y el hecho de que se nota cierto aroma a H.R. Giger -encargado del diseño de los Alien- en el look del film, las expectativas están en todo lo alto y no puedo más que desear encarecidamente que el milagro se consume...