Ya estamos en plena cuenta atrás de las fiestas navideñas. Esta semana es la última antes de que empecemos con el trasiego de las cenas y comidas familiares de Navidad: "¿cenamos en vuestra casa o en la mía? ", "no preparéis nada de postre que ya lo llevo yo"...
Si la semana del puente de la Constitución es la "semana oficial de poner el árbol de Navidad y el Nacimiento", las dos semanas posteriores son las "semanas de las cenas de empresa, copas de Navidad y celebraciones varias con los amigos".
Total que llegamos al día 24 y ya empezamos a estar saturados de canapés variados, lubinas al horno, solomillos Wellington, sorbetes al cava, polvorones, mazapanes, peladillas, y un largo etcétera de dulces navideños.
Bueno, dulces navideños... A cualquier cosa le llaman ahora turrón. Ya sé que es una cuestión de marketing, de lanzar al mercado el ¿turrón? más original, de renovarse o morir, pero, me vais a perdonar, ¿dónde se ha visto un turrón de mojito?
El turrón de toda la vida está hecho de almendra, miel y azúcar. El duro y el blando, como dicen en mi casa, bueno, en la de mis padres. El de yema tostada (que a mi de pequeña era el que más me gustaba), el de guirlache, y como novedad, el turrón de chocolate.
De todas maneras yo lo tengo fácil porque no soy una apasionada de los dulces navideños, a excepción del Panettone, que como sabéis es un bollo tipo brioche con frutitas confitadas y pasas y que es el postre tradicional de Navidad en Milán y de nuestro Roscón de Reyes. A mi me gusta el tradicional, sin nata, sin crema, sin trufa... ¡¡¡sin nada!!! Bueno, con chocolate caliente.
Así que yo vengo con el desayuno debajo del brazo, o si lo preferís, con el acompañamiento del té de las cinco, o del café de las cuatro. Os traigo un bizcocho muy navideño para consumir en casa o para regalar.
La diferencia radica en si lo envolvemos o no. Ahora que el "Do It Yourself" está tan de moda, que los mercados y las "pop up stores" inundan Madrid, no se me ocurre una manera mejor de tener un detalle especial o desear unas Felices Fiestas, que horneando nuestro propio bizcocho y envolviéndolo como si de un regalo se tratase. Regalar un dulce con corazón hecho por nosotros mismos.
Ingredientes
Para el bizcocho
- 70 gr. de harina
- 70 g de harina fina de maíz, Maizena
- 60 gr. de avellanas molidas
- ½ cucharada de levadura
- Ralladura de 2 limones
- 50 ml. zumo de limón
- 120 gr. de azúcar
- 2 huevos
- 125 gr. de yogur natural
- 50 ml. de aceite de oliva
- 60 gr. de avellanas en trocitos
Para el glaseado
- 80 gr. de azúcar glas
- 15 ml. zumo de limón
- Unas avellanas picadas (para decorar)
Para la decoración
- Para los toppers (cartulina, palitos de brocheta, spray dorado)
- Papel de regalo
- Cinta de regalo
- Ramas de abeto
Elaboración
Precalentamos el horno a 160º C y engrasamos un molde alargado de plumcake de 25 x 12 cm.
Tamizamos la harina, el polvo de avellana y la levadura.
Partimos en trocitos las avellanas. Reservamos.
En un bol, mezclamos con los dedos la ralladura de limón y el azúcar para que ésta se aromatice. Agregamos los huevos y batimos hasta que la mezcla blanquee. Añadimos el yogur, el zumo de limón y el aceite de oliva. Agregamos la mezcla de harinas y las avellanas en trocitos y batimos a velocidad baja sin sobrebatir la masa.
Vertemos la mezcla en el molde y horneamos 1 hora 15 minutos o hasta que introduciendo un palito en el centro éste salga limpio.
Dejamos el bizcocho dentro del molde unos 10 minutos y luego lo desmoldamos y lo pasamos a una rejilla para que se enfríe por completo.
Picamos las avellanas.
En un recipiente mezclamos bien el azúcar glas con el zumo de limón. Glaseamos el bizcocho cuando se haya enfriado por completo. Espolvoreamos con las avellanas picadas y dejamos que se seque el glaseado antes de envolverlo con el papel de regalo.
Podemos envolverlo por completo y atarlo con una cinta o simplemente poner una banda de papel de regalo sujeta con un lazo y con unas ramas de abeto, bolas de Navidad o cualquier otro adorno navideño ... Eso lo dejo a vuestra elección.
Si lo vamos a consumir en casa, podemos adornarlo, a la hora de sacarlo a la mesa, con unos toppers en forma de estrella. Estos los he hecho yo misma con cartulina y unos palitos de brocheta, y los he pintado con un spray dorado.
A pesar de habérselo regalado a una amiga, tuve la oportunidad de probarlo en su casa acompañado de una taza de café. Y ¿qué os voy a decir? Es un bizcocho delicioso que combina el punto semi amargo de las avellanas con el ácido del limón.
A mi particularmente me encanta, pero ya sabéis que el sabor cítrico en los bizcochos, es uno de mis preferidos. Además, tanto por la combinación de la harina de trigo y la Maizena, como por el alto contenido en aceite de las avellanas, el resultado final es un bizcocho esponjoso y nada apelmazado.
Hace un par de semanas, mi querida Ainhoa del blog "Cookcakes de Ainhoa" me invitó a participar en la sección de su blog: "El invitado del mes" y para la ocasión preparé también un pound cake muy navideño, que al igual que el de hoy, envolví para regalo.
Si queréis ver la receta del pound cake de jengibre y limón, sólo tenéis que pinchar en el enlace. A continuación os dejo una foto para que veáis cómo lo presenté.
Espero que os hayan gustado las dos recetas y ambas presentaciones. En estas fiestas ¡regala corazón!