Rebestia, la Pop Up Experience de BCN Foodie Guide

Llega el momento de la cita, esta vez, en Coocció. Allí se recibiron los invitados con un primer aperitivo de foie y una original "vacuna", dentro de su jeringuilla de Madernessia Gin, Aperol, vermut, zumo de limón y tónica Hibiscus. Una vez recibido el "pinchazo" pasamos a la sala.

Rebestia estaba ambientada como si estuviéramos en un matadero y todos nos contagiamos del ambiente. En él se mezclan los disfraces, las actuaciones, el espectáculo y, sobre todo, los platos a base de carne y los cócteles. Antes de empezar, los dos artífices de lo que íbamos a tomar se encargaron de ponernos en antecedentes. Una pieza de carne de vaca que Sebas presenta como un protagonista más y que despieza dejándose llevar por ese punto de locura que en ocasiones te otorga la pasión. Alberto Pizarro ya nos dice que después de la vacuna, no esperemos nada más flojo para beber esa noche que venga de su mano.

Empezamos y rápido entramos en materia con una sopa para aliviar la que hasta ahora ha sido la noche más fría en Barcelona este año. Con boniato, calabaza, trufa y papada, seguido de un Cubanito, el bocadillo rey del street food, con mayonesa de naranja y cilantro, pepinillo, queso manchego y pata de jamón y, el tercer entrante es aquel que, particularmente, estaba segura de que no faltaría en una cena como esta: un steak tartar. Picante, heavy, desordenado, servido por el mismo Sebas como si el arrebato de enajenación siguiera presente.

Para acompañar estos tres platos, Alberto nos preparó en unas botellas de Cerveza Alhambra Reserva 1925 la propia cerveza con algo más: Jack Daniels Single, barrel, zumo de cítricos y sirope de azúcar. Entraba fácil, justo como si fuera una cerveza sin más.

Continuamos con un "regalo" de ternera con parmentier de patata y maracuyá hecho con la parte interna de la carrillera. La más fea, y, como suele pasar, la más sabrosa. El último antes del postre fue un canelón de carne con un intruso que fue bien acogido: sepia. La pasta del canelón no era tal, sino que era carpaccio de pies de cerdo. Para beber acompañamos con el cóctel '11-11' : cachaça, chica morada, zumo de limón y cava Imperial de Gramona.

Aún queda un combinado más 'F*ck my brain, honey' con Jack Daniels Sconek, remolacha, licor de té negro, zumo de limón y clara de huevo que acompañó una Coca de vidre, que parecía una piel y un pastel de yogurt griego y frutos del bosque con forma de cerebro. Porque a la casquería no llegamos, pero podría ser muy interesante una cena pop up monotemática de despojos. Ahí lo dejo.

Rebestia no es una visita a un restaurante. Fue algo muy diferente y sorprendente. Mucho. Un caos ordenado donde una falsa improvisación tiene su momento. Y digo falsa porque estaba organizado a la perfección. Rebestia fue ni más ni menos que eso dos veces bestia. Estáis avisados para la próxima. Seguro que sorprenderá, vigilad de cerca sus redes.

Si no conocéis su guía, os dejamos información

Rebestia: dos veces bestia, dos veces sorprendente de @bcnfoodieguide Click to Tweet