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Reseña: Si el amor es una isla - Esther Sanz

Por Leonel15
Si el amor es una isla - Esther SanzDestino
Reseña: Si el amor es una isla - Esther SanzLuisa viaja a una pequeña isla del canal de la Mancha donde el tiempo se detuvo hace siglos. Allí trabajará en un exquisito hotel regentado por un hombre misterioso que lo dirige con mano firme y estrictas reglas. Desobedecerlas tiene castigo. Sin embargo, Luisa no puede controlar su curiosidad y se verá en vuelta en situaciones límite y juegos oscuros ideados por el jefe. Su osadía será castigada, pero resolver el misterio que envuelve al amo tendrá recompensa. Él, exigente y distante, y ella, curiosa y de espíritu intrépido, chocan estrepitosamente. O de forma espectacular, depende de cómo se mire. Secretos, aventuras y enfrentamientos dan paso a un tórrido romance que bebe directamente de las grandes novelas románticas de siglo XIX.

¿Quién no sabe que yo soy fan de Esther Sanz? Bueno, capaz mucha gente no lo sepa, pero si estás leyendo esta reseña, ahora lo sabés.

A fines de 2015, tuve la oportunidad de leer Si el amor es una isla, la última novela juvenil de la autora luego de la exitosa saga El bosque.

Honestamente, disfruté mucho de la historia. Pero, más allá de eso, lo que más me deleitó fue la prosa de la autora. Esto algo que jamás me voy a cansar de decir: Sanz es una de las voces de la literatura juvenil española más resonantes, estéticas y sutiles que leí en bastante tiempo. Les puede gustar (o no) la historia, pero la belleza que hay en su prosa en innegable. Aparte, adoro que escriba sobre cosas sencillas sin caer en clichés (a la hora de usar metáforas), o cómo hace para describir una escena de sexo sin caer en algo burdo…


Bueno, ahora vamos a hablar de Si el amor es una isla. Tal vez, por el título piensen: “Esta es otra novelita de amor”. Pero no, nada más lejos. La historia sí tiene una alta dosis de romance, pero no es estrictamente una novela romántica, ya que tiene una dosis importante de misterio. Esta fue una de las cosas que más me sorprendió. La primera trilogía de la autora tenía el romance en el centro de la atención; acá, todo gira en torno al misterio y a las cosas extrañas que suceden en la isla de Sark.

La novela comienza cuando Luisa llega a la isla de Sark, un islote del canal de la mancha, para trabajar en un viejo hotel: Silent Hill. Este lugar, y la isla en sí, tiene algunas peculiaridades: se rige por reglas estrictas, casi feudales. Esto me interesó mucho, porque Sanz hizo una extraña y apasionante mezcla de elementos que generan una atmósfera espectacular. Imagínense: pleno sigo XXI, pero en una isla que se vive como si estuvieran en la edad media. Apasionante.

Reseña: Si el amor es una isla - Esther Sanz

La cuestión es que el dueño del hotel es un joven que se mantiene en las sombras porque, según dicen las malas lenguas, tuvo un accidente que lo desfiguró (y usa una máscara y todo, al mejor estilo El fantasma de la opera)… Por esta razón, hay una regla muy estricta en el hotel: nadie se puede acercar al ala oeste, donde se encuentran sus aposentos. ¿Qué hace nuestra protagonista? Va al ala oeste. Y se topa con algo muy distinto de lo que esperaba…

Bueno, no les voy a contar más sobre el argumento. Voy a volver a los puntos que me gustaron.  Los personajes. Por un lado está la protagonista que me gustó, aunque por momentos me molestaron sus decisiones, me parecían un poco… precipitadas. Pero, si hubiera actuado de otra manera, la historia no se podría haber desarrollado en la forma en que lo hizo. Sin embargo, hay otros personajes que me encantaron: Patrick Groen, el señor de Silent Hill, fue muy distinto de lo que esperaba, me sorprendió y aplaudo a la autora por el estupendo trabajo que hizo para crear su perfil psicológico. También está Elisabeth, la chica de la tienda de libros, que cautivó y me dejó con ganas de conocer un poco más sobre ella, al menos qué le sucederá en el futuro. 

El final… ¿Qué puedo decir? No me lo vi venir ni de casualidad. Pero ni ahí, eh. Muy bien trabajado y logrado. Todo encajó perfecto. Me hubiera gustado que se desarrollaran algunas cuestiones, pero la novela tiene tantas subhistorias que imagino que era imposible hacerlo.

El mensaje. Este es otro punto genial de la novela. Como les decía al comienzo de reseña, no es otra historia romántica. El mensaje de Si el amor es una isla es tan profundo como todo lo que escribe Sanz. La historia habla sobre conocerse a uno mismo; sobre nuestra capacidad de ver más allá de la superficie, porque muchas veces buscamos algo con tanto deseo que no nos damos cuenta de que lo tenemos ante nuestros ojos. Esto aplica a todos los personajes de la novela: la protagonista, Patrick, Elisabeth.

A pesar de que tiene algunas cosillas que no me terminaron de cerrar y que la protagonista no me terminó de matar, fue una historia que disfruté de comienzo a fin, que me dejó con ganas de más. Y, de nuevo, amo cómo escribe Sanz. Es impecable.


Resultado: TIENEN QUE LEERLA.

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