A veces nos cuesta encontrar un restaurante que nos encandile, nos sorprenda o que simplemente te sientas como en casa.
La crítica gastronómica de hoy va para uno de esos locales que te hace sentir todo lo anteriormente dicho.
El restaurante se llama En Rada y está situado, aproximadamente, por el casco antiguo de Torrent. Es una callecita peatonal que raramente pasarías por ahí. Tienes que ir fijándote en los edificios porque no es muy visible desde el exterior, con un cartel que no es apreciable desde lejos.
Y vosotros os preguntareis ¿Como acabaste en un sitio como ese? Pues como se consigue casi todo en la actualidad, a través de Internet y las redes sociales.
Es sorprendente como hoy en día con la gran competencia que existe en la hostelería, lo mal que está anunciado este restaurante y la ubicación casi invisible en la que se encuentra, aún siga funcionando y atrayendo nuevos clientes.
Con tantas cosas en contra, algún secreto debe tener ¿no? Pues algo bueno si tiene, y es lo más importante de todo: La comida.
Es un local clásico, que por lo visto si tiene una cierta afluencia de clientes en su horario de mediodía, pero sin embargo, en el horario de cenas no abren a no ser que reserves previamente.
Es algo extraño, aunque en cierto modo fácil de entender. Siendo un local tan escondido y con tan poca publicidad, esperar abiertos toda la noche a que alguien pase por ahí es casi una misión imposible.
Como podéis apreciar, estuvimos completamente solos, por lo que el servicio fue totalmente personalizado. El restaurante En Rada es un local familiar, donde sin preguntar demasiado, se podía apreciar que el padre era el que se encargaba de la sala, la mujer la veías de vez en cuando entrando y saliendo de la cocina hacia fuera y el hijo es el cocinero.
Ahora que habéis visto como es el local y más o menos como funciona, solo queda ir a por la parte principal de la crítica gastronómica.
Seguir leyendo y vereis el punto fuerte de este restaurante......
Como os decía, el punto fuerte de este restaurante es la comida sin lugar a dudas. Puede que no sea por su variedad pero si por su calidad.
El menú de cenas consta de un único menú con un primer plato y un segundo plato a elegir, además del postre y una bebida.
Algo que no me gusta en un restaurante, es que te canten el menú. No cuesta nada tener una hoja con el menú detallado para que el cliente puede tomarse su tiempo en observarlo y decidir que plato quiere escoger.
Uno de los problemas al no tener el menú escrito es que el nombre de los platos pasa un poco desapercibido, por lo que solo te enteras del ingrediente principal del plato. Aún así, seguro que con las fotos os haréis mas o menos una idea.
Ya que tuvimos que escoger un primero y un segundo, decidimos poner los primeros al centro para ir probando de todo un poco.
El primer plato fue una elaboración hecha con Codorniz, no llegaba a ser un paté, aunque se le asemejaba. Mas bien eran unos pequeños rectángulos de carne de codorniz bien prensada, acompañados de remolacha y un poco de mango (algo ácido).
Aunque no te esperabas esta presentación ni elaboración, el sabor era algo realmente bueno, notando la presencia de la carne en todo momento además de ser muy apetecible para el paladar.
Otro de los primeros platos fueron unas Tostas de Foie con Jamón ibérico. Como sabéis, soy un apasionado del foie, me vuelve loco y el punto salado del jamón pasado por la sartén conjugaba perfectamente, aportándole además un punto de calor y provocando un pequeño contraste entre la temperatura del foie y el jamón, muy muy rico.
Lo único que no me terminó de convencer es que venía servido en una rebanada de pan, que aunque el pan era casero y elaborado por ellos mismos, hubiera preferido algo más en plan tosta.
El último de los primero platos fue un Pulpo a la brasa. Aunque los anteriores platos estaban realmente buenos, este fue uno de mis preferidos.
He comido anteriormente pulpo a la brasa en otros restaurantes y muchas veces se pasan tostándolo, dejando un sabor algo quemado en el pulpo. Aquí supieron cocinarlo perfectamente, aunque cortado un pelin gordo y en algunos trozos resultaba un poco tirante, un corte mas fino lo mejoraría mucho mas.
Venía aliñado con un aceite de pimentón picante y acompañado de una guarnición de verdudas que acompasaban muy bien entre si. Si visitáis al En Rada, os recomiendo este plato sin lugar a dudas.
Pasamos ahora a los segundos platos. Habían tres opciones a elegir, dos carnes y un pescado.
Una de las carnes fue un plato de Pato y guarnición de Cuscús. El pato estaba realmente bueno, la piel doradita y con un puntito dulce muy adecuado.
La guarnición era muy correcta, también jugando entre sabores dulces y salados, debido al uso de las pasas y otros ingredientes. El único punto negativo es que el cuscús, aún estando riquísimo de sabor, estaba un poco pasado.
Ya que habíamos pedido carne, decidimos probar también el pescado. Aunque a la hora de cantar la comanda no nos indicaron como venía cocinado, se podía ver claramente que era un Bacalao al pil-pil.
Con el bacalao me pasa algo curioso y es que el año pasado en la boda de un amigo probé uno de los bacalaos mejor cocinados que había probado hasta la fecha y claro, cuando vuelvo a probar este pescado tengo ese plato en mente con un listón realmente alto.
De todas formas en el restaurante En Rada consiguieron sacar un buen plato de pescado, con un pil-pil muy bien conseguido y un punto de coccción para el bacalao bastante acertado.
Vayamos ahora a la parte dulce de la cena. Según nos comentaron, los postres estaban prácticamente recien hechos, ya que a la hora de la comida se les habían terminado casi todos. Según el propietario les faltaban un par de horas de reposo.
Uno de los postres fue un Tiramisú. La textura en general era bastante esponjosa, pero en el sabor lo que mas destacaba era el bizcocho y el licor de café. Se les había ido un poco la mano con el alcohol.
En este postre en particular quizás si que le hubieran venido bien ese par de horas de reposo para que el alcohol se atenuara un poco más.
El otro postre que escogimos fue una Mousse de chocolate. Ocurrió lo mismo que con el anterior, se pasaron mucho con el alcohol. Para este postre dudo mucho que las horas de reposo hubieran podido apaciguar el potente chorro de alcohol que le pusieron. La mousse tenía una buena consistencia y el chocolate era de los potentes. A los amantes del chocolate más puro os gustará este postre.
Y aquí llegamos una vez más al final de esta gastrocrítica. Ya habéis visto que el restaurante es un lugar con encanto que hay que descubrir. Destaca un ambiente familiar, con una comida de buena calidad y un precio de 16€ por menú, aparte cafés.
Deberían publicitarse y apostar más por las redes sociales. Estoy convencido que si lo hicieran tendrían siempre lleno el servicio de cenas.
En resumen: Buena calidad, buen precio y un ambiente tranquilo.
Nota: 8/10
Precio: 17€ por persona
Telefono: 961 57 29 67 / 673 39 33 42 (Aconsejo llamar al móvil)