River Plate es el equipo que más títulos de Primera División ganó en el fútbol argentino, es el que lidera la tabla histórica de la máxima categoría y uno de los más populares y reconocidos. Sin embargo, su actuación ante Belgrano en el primer partido de la promoción fue decepcionante. La derrota ante el elenco cordobés por 2 a 0 dejó a los hombres dirigidos por Juan José López al borde del descenso al Torneo Nacional B, un hecho que de concretarse marcará un antes y un después en la historia del deporte de nuestro país.
Belgrano inquietó siempre de la mano de la magia y habilidad de Franco Vázquez, los disparos de César Mansanelli y la peligrosidad de César Pereyra. Por su parte, River buscó con Erik Lamela, un juvenil de gran talento que no puede explotar completamente sus virtudes por estar creciendo en un equipo inadecuado, y que siendo titular por un Artículo 225 eterno gracias a las ausencias de Josepmir Ballón (primero por lesión, y luego por estar convocado a la Selección de Perú).
Como en los últimos encuentros del semestre, River no se pudo encontrar en el campo de juego. Con mucho nerviosismo y terror, intentó soportar las ofensivas de Belgrano en el primer tiempo. Eventualmente, el Pirata abrió el marcador gracias a un error de su adversario. Adalberto Román cometió una mano infantil dentro del área grande y el árbitro Néstor Pitana cobró penal: Mansanelli fue el encargado de ejecutar el disparo y así empezar con el calvario de River.
En el principio del segundo periodo, el cuadro de Barrio Alberdi estiró la ventaja a dos, por intermedio del Picante Pereyra. El segundo clavo en el ataúd de River desató la ira de los hinchas del Millo, quienes ingresaron a la cancha a increpar a sus futbolistas y provocaron incidentes que detuvieron al partido durante 20 minutos. Este parate obligado benefició a la escuadra de JJ, que fue a buscar el descuento luego de reanudarse el cotejo con más amor propio y corazón que con ideas claras. Sin embargo, se topó con una muralla Celeste que rechazaba con fiereza todo lo que se acercaba al arco de Juan Carlos Olave, para que luego Vázquez encabezará los contragolpes.
Es imposible encontrar un solo culpable para este presente del club de Núñez. La mayoría de las acusaciones recaen sobre José María Aguilar, quien diezmó al Millonario y lo sumergió en una crisis deportiva e institucional desconocida para los riverplatenses. Los técnicos de las últimas tres temporadas también hicieron meritos suficientes para que hoy el cuadro de la Banda sufra en carne propia el fantasma del descenso.
River enfrentará el domingo el partido más importante de su historia, en el mítico Estadio Monumental. Ese mismo recinto lleno de gloria, que supo disfrutar de grandes figuras del fútbol mundial. No podrá contar con Matías Almeyda, Adalberto Román ni Paulo Ferrari, con lo que las voces de mando del Millonario estarán ausentes en el campo de juego. El fin de semana se definirá si River revalida su historia, o si la tira por la borda.