Rosquillas de Anís

Hoy día 3 de febrero se celebra en mi ciudad la festividad de San Blás (patrón de enfermedades de la garganta y laringólogos).

Cuenta la leyenda que San Blas era conocido por su don de curación milagrosa. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Este es el origen de la costumbre de bendecir las gargantas en este día.

Pero a mayores en mi ciudad hay una tradición que lleva a la par la parte religiosa y culinaria,  que consiste en preparar unas rosquillas de huevo, harina y anís y ponerles una cinta de color rosa o azul para subirlas al Monasterio a bendecir.

Al margen de estas tradiciones culturales o religiosas os dejo la receta de las Rôôsquillas de Anís para que la hagáis y disfrutéis al menos de la parte gastronómica de este día

Ingredientes (ecológicos*): un huevo (para unas doce o quince rosquillas) – tres cucharadas de azúcar moreno de caña – tres cucharadas de aceite en donde freiremos un poco de ralladura de limón o naranja (al gusto) y dejamos enfriar – ocho o nueve gotas de esencia de anís – harina de trigo (la que admita) – una cucharadita pequeña de bicarbonato.

Con las manos en la masa: en un bol batimos el huevo y el azúcar, luego añadimos el resto de los ingredientes y la harina hasta obtener una masa compacta pero que se despega bien de las manos. La dejamos reposar unos minutos.

A continuación en una sartén con abundante aceite caliente las vamos friendo, primero por un lado y luego por el otro hasta que queden bien doraditas. Se sacan y se colocan sobre un papel absorbente y cuando estén escurridas las vamos pasando por una especie de caramelo  consistente en azúcar moreno y un chorrito de naranja o limón, según hayamos escogido el sabor y llevado hasta un  punto que caramelice. Las dejamos enfriar bien antes de degustarlas.

¡¡Gracias mami por enseñarme esta dulce receta!!