Revista Cocina
Ruzafa Gastro Weekend: Conociendo a Turia Märzen con Jordi Ferrer
Por Atableconcarmen @atableconcarmenEste fin de semana se ha celebrado en Valencia la II edición de Ruzafa Gastro Weekend donde varios restaurantes de la ciudad ofrecen sus mejores propuestas en formato tapa y donde tienen lugar actividades como la Cata de Cerveza Turia Märzen dirigida por el chef Jordi Ferrer, responsable del Freecook Project.
A los pocos segundos de comenzar ya nos queda claro que no va a ser una cata al uso. A la pregunta de Jordi Ferrer de “¿Con qué se hace la cerveza?”, todos respondemos que con cebada. Cierto, pero no del todo. Y es entonces cuando comenzamos a catar. El chef nos invita a probar los granos de cebada que hay distribuidos en pequeños cuencos por las mesas.
Como ya nos ha avanzado que la cerveza "nos la vamos a tener que ganar", todos seguimos sus indicaciones. “¿Qué rica está la cebada, verdad?” “¿A qué os sabe?”, nos pregunta Jordi a caballo entre la ironía y el cinismo. Unos a otros nos miramos con cara de interrogación: “Sabe a alpiste”, susurra alguien. “¿Os sabe a cerveza?”, insiste el Chef. Pues no, no sabe ni de lejos a cerveza y ahora entiendo porque todos tenemos una botellita de agua, para aclarar la garganta después de participar en este experimento.
Jordi Ferrer, nos comenta el porqué de realizar la cata de esta manera. Se trata de dejar al catador, a cada uno de nosotros, que experimente la cerveza, que comprenda su proceso y que descubra por sí mismo los matices de los que le hablarían en una cata “seria”.
Y seguimos con esta cata tan atípica. En otro cuenco tenemos granos de malta. “¿Cuál es la diferencia entre la malta y la cebada?”, nos pregunta Jordi Ferrer. Sin apenas tiempo de responder, nos cuenta que la malta surgió por casualidad. Érase una vez, había unos sacos de cebada en una fábrica a los que les cayó agua, los granos se mojaron y germinaron. Para detener el proceso de germinación, se les ocurrió tostar los granos y fue entonces cuando se obtuvo la malta. Malta y cebada es el mismo cereal.
Para ganarnos la cerveza ahora tenemos que probar los granos de malta. “Rápidamente, ¿a qué sabe?”, nos pregunta insistentemente el chef. “Sabe a café”, respondemos algunos. “Exacto”, nos asiente Jordi, es el sabor del cereal torrefacto, por eso las cervezas tostadas contendrán malta tostada. “¿Y las cervezas negras?”. Malta tostada en mayor cantidad, esta vez la pregunta era fácil.
El último cuenco que “cataremos” contiene lúpulo, el alma de la cerveza. Jordi Ferrer nos aclara que se trata de una planta de la familia del cannabis, con cierto aroma a … ¿incienso?, añado yo. “Es lo que en una cata a ciegas nos llevaría a decir que se trata de una cerveza y no de otra bebida”, nos indica Jordi, lo que le da el sabor característico a la cerveza.
Lo probamos también, pero, ¡cuidado!, un trocito pequeño. Un sabor muy amargo se nos instala al final de la garganta. “¿Lo notáis?”, pregunta Jordi. ¡Y tanto que lo notamos! “Pues a partir de hoy distinguiréis el lúpulo cada vez que toméis una cerveza”, concluye el Chef.
Llega el momento de probar la cerveza y de aprender a servirla. No hay que verter el contenido de la botella con la copa inclinada, para no “hacer” espuma. La cerveza tiene que tener su espuma. Quizás este hábito nos venga de ver cómo la sirven en los bares la cerveza de barril, que tendría su sentido, pero no con las botellas.
Jordi Ferrer está en todo, y no sólo “nos hemos ganado” la cerveza, sino que nos hemos portado tan bien que “nos da de comer”. El primer maridaje de nuestra cerveza Turia Märzen viene de la mano de unas deliciosas patatas fritas y unas almendras.
No hemos terminado. Debemos finalizar nuestros “deberes”, y hay que arrancarle todos los matices a esta cerveza. En su etiqueta reza: “Turia Märzen es una cerveza tostada, de tonalidad ámbar con reflejos rojizos, espuma persistente y muy aromática. En boca destaca por estructura y equilibrio, carácter tostado con notas cítricas y un buen frescor”. Para detectar esas notas cítricas y el frescor, vamos a echar mano de un segundo maridaje.
Jordi Ferrer, en un shaker, una especie de cápsula, nos ha preparado una mini-ensalada a base de berberecho, pepino encurtido, lechuga de mar, ralladura de lima y espuma de cerveza. Este último ingrediente se lo tenemos que añadir nosotros. Cerramos la cápsula, la agitamos, la abrimos, cerramos los ojos y olemos su contenido. Huele a mar. Lo comemos de un bocado y lo acompañamos de un trago de cerveza. “¿Sensaciones?”, pregunta Jordi Ferrer. Frescura, toques cítricos… ya hemos experimentado todas las notas, todas las características de esta cerveza, por nosotros mismos.
Nada más finalizar te lo comenté, “Jordi, haces la cata divertida”, a lo que me respondiste, “Así es como debe ser, ¿no?”. Pues sí, totalmente de acuerdo, pero no todos lo consiguen.
Tarde divertida e instructiva ayer en la Ruzafa Gastro Weekend de la mano de Jordi Ferrer y su atípica Cata de Cerveza Turia Märzen. Cerveza nacida en la primavera de 1935, ausente los últimos años y ahora recuperada con un nuevo diseño. No arriesgo nada si digo que todos los allí presentes lo pasamos muy bien.
Jordi, enhorabuena por tu planteamiento de cata y muchas ganas de conocer más de tu Freecook Project.