Hay dos versiones sobre el origen de estas deliciosas galletas de New England. Una, que nacieron en la época en que se le ponía a las galletas nombres divertidos, y otra más legendaria que explica su origen en un príncipe con este nombre al que le encantaban estas galletas... En cualquier caso, sorprendentemente deliciosas.
Ingredientes:
-300grs harina.
-125grs mantequilla.
-125grs azúcar.
-1 huevo.
-Sal.
-1 cucharadita levadura en polvo.
-Azúcar y canela, para rebozar las galletas.
Mezclamos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar, el huevo, una pizca de sal, la harina y la levadura, y mezclamos bien hasta obtener una masa uniforme, y la dejamos reposar 30 minutos en la nevera. Mientras, preparamos una mezcla de azúcar y canela en polvo y reservamos.
Sacamos la masa de la nevera y formamos pequeñas bolitas, todas más o menos del mismo tamaño, que serán las galletas. Introducimos las bolitas en la mezcla de azúcar y canela y las rebozamos bien.
A continuación colocamos las bolitas rebozadas entre dos trozos de papel de horno y las estiramos. Hay dos versiones de estas galletas, unas más gorditas y tiernas, y otras más delgadas y crujientes. Yo me quedo con la segunda.
Una vez tengamos listas las galletas las horneamos en el horno precalentado a 170°C unos 15 minutos, hasta que queden doraditas. Déjalas que se enfríen antes de manipularlas y ya las puedes servir... Están de alucine!