Solomillo al whisky
Si hay un plato que no falta en las cartas de las tascas y tabernas de Sevilla, ese es el solomillo al whisky. Yo, que desconocía totalmente su existencia lo que, siendo hija de sevillano, tiene delito, puedo constatarlo. Hace un par de meses tuve la suerte de pasar unos días en esta bella ciudad y disfrutar de su gastronomía. Días de desayuno, comida y cena fuera del piso en el que estábamos alojados lo que se traduce en que fueron unos cuantos los sitios en los que paramos a descansar, recobrar energías y llenar estómagos y muchos más los platos nuevos que probamos. Todos, por cierto, riquísimos.
Regresé a Madrid con unas ganas locas de preparar el solomillo al whisky que tanto nos gustó a toda la familia y me puse en marcha a buscar la receta. Por el camino, vi muchas versiones. Muchísimas, diría yo. Tantas como cocineros la preparan. Unos usan solomillo ibérico y otros de cebo; unos añaden cebolla mientras que otros huyen de ella como del diablo, cosa que también ocurre con el pimiento verde; los hay que golpean los ajos (que estos si que son ingrediente común y obligatorio), quienes los lascan y quienes los pican; las cantidades de zumo de limón varían así como el uso de mantequilla versus aceite... Podría continuar enumerando diferencias pero creo que os hacéis una idea de lo que quiero transmitir así que no es plan de saturaros.
Con tanta variedad de receta y tanta versión, decidí preparar la mía propia. Es resultado gustó. Y mucho. No obstante, como este plato ha llegado a mi cocina para quedarse, las futuras preparaciones llegarán con variaciones. A ver si conseguimos la receta perfecta del solomillo al whisky o, al menos, la que más guste a la familia :)
Necesitamos (para 4 personas)
- 1 solomillo de cerdo
- 4 dientes de ajo, finamente picados
- 200 ml de whisky
- 200 ml de caldo (pollo o verduras)
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 30 grs de mantequilla
- 1/2 cucharadita rasa de comino molido
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta
Preparación
Cortamos el solomillo en discos de 1,5-2 centímetros de grosor (al gusto).
Calentamos el aceite en una sartén de base amplia en la que quepan todos los discos de solomillo sin que haya que sobreponer unos en otros. Damos al solomillo un toque de calor por ambas caras, lo suficiente para sellar el exterior y que los jugos queden atrapados dentro. No queremos cocinarlo por lo que vuelta y vuelta bastarán. Retiramos y reservamos.
En el mismo aceite de haber sellado los solomillos sofreímos el ajo, a fuego bajo, hasta que comience a tomar un color dorado. Añadimos entonces el whisky y, subiendo el fuego, lo dejamos evaporar. Esto nos llevará unos 2 minutos. A continuación incorporamos el caldo, el zumo de limón, la mantequilla y el comino. Dejamos cocer a fuego fuerte durante otros 2 minutos.
Notas:
- Si os gusta la salsa con un punto de espesor, antes de cocinar los solomillos en la salsa podéis añadir un poco de maizena y dejar que se integre mientras cuece. Para ello retiráis un poco de salsa de la sartén, disolvéis en ella 1 cucharadita de maizena rasa, devolvéis la mezcla a la sartén, removéis bien y listo.
- Acompañamos de patatas paja crujientes, que es como nos lo sirvieron en todas las tabernas en las que lo pedimos en Sevilla, y mucho pan para mojar.