La primera entrada post-vacacional será de un restaurante madrileño de comida asiática que probamos el primer día de vacaciones para estrenarlas por todo lo alto.
El restaurante es Sudestada, tal y como anuncia en su fachada es un restaurante donde comer fina comida asiática, comida con buenos ingredientes y con toques originales del sudeste asiático.El restaurante está situado en la calle Ponzano 85, Madrid, cerca de Nuevos Ministerios.
Sabores intensos, toques picantes, dulces, diferentes texturas y un buen servicio.
Tienen una carta corta que cambian habitualmente. Cuentan con dos menús degustación, nosotros nos decidimos por el menú de siete platos, 45€ sin bebida. El otro menú consta de nueve platos, pero el de siete creo que es ideal para una cena.
Los ingredientes estrella de la carta de agosto en Sudestada eran, como veréis en los platos, cerdo ibérico, pollo de caserío y vaca vieja. Antes de comenzar con los platos del menú nos pusieron un aperitivo, sopa fría coreana con pepino.
Especiada, con un toque picante, muy refrescante y una muy buena elección para comenzar un menú en pleno agosto. El primer plato del menú fueron estos Dumplings de cerdo ibérico y manitas con salsa de chile. Espectacular el relleno, con mucho sabor y una textura algo gelatinosa que le dan las manitas, envuelto en una empanadilla de masa fina. Muy buen entrante. El segundo plato fue el Nem Cua.Es un rollo vietnamita de papel de arroz, relleno de cangrejo nuoc cham y cerdo ibérico de bellota. El rollo se envuelve en una hoja de lechuga y algunas hierbas aromáticas (cilantro, albahaca, hierbabuena). Se moja en una salsa agridulce. Un bocado muy rico, con muchos sabores distintos.
Empezamos con los platos fuertes. Este pollo de caserío con jeow de chile ancho nos lo sirvieron con arroz salteado.
Contramuslo de pollo de caserío deshuesado y hecho a la parrilla, con un sabor ahumado muy especial. Este se sumergía en el jeow de chile ancho, una salsa de chile ancho, miel y tomate, dulce. Acompañado por unos pepinos asados.
El arroz, envuelto en una fina tortilla, estaba salteado con chorizo vietnamita, gambas y verduras de la huerta.
Fideos de soja con calamar y cerdo.
Unos fideos finos y largos teñidos de negro por la tinta del calamar, acompañados por trozos de calamar, cerdo y unos tirabeques crujientes y con un sabor algo dulzón muy agradable. El toque fresco, además de los tirabeques, lo aportaba el cilantro fresco.
Un plato con sabor a mar, a productos de la tierra... muy curioso y rico.
Y el último plato salado y, para mí, la estrella de la noche, fue este curry de albóndigas de vaca vieja.
Unas albóndigas de vaca vieja, con mucho sabor y muy jugosas, estaban de escándalo. Acompañando la carne boniato asado, hierbas frescas (cilantro y cebollino) y una rica salsa picante, muy picante en la que flotaban algunos chiles que más valía no llevarse a la boca.
A pesar de ser un plato muy picante se apreciaban todos los sabores, el toque dulzón del boniato, el sabor de la carne de vaca vieja...un plato 10.
Llega el momento de los postres, en este caso, en cada menú se incluye un postre y cada comensal puede pedir uno diferente de la carta, o alguno de los diferentes tés que proponen en Sudestada. Si llegáis con hueco probad alguno de los postres porque están muy ricos.
En nuestro caso pedimos dos distintos, el primero chocolate paraíso.
Un rico bizcocho de chocolate, algo seco, pero la jugosidad se la da la crema de calabaza y el sorbete de lima.
El otro postre, algo más refrescante, cerezas, sorbete de pomelo y yogurt de leche de cabra.
Ligero y refrescante, ácido, muy bueno.
Este restaurante es muy recomendable para una comida o cena para quien conozca los platos e ingredientes de la zona del sudeste asiático como para los que no.