Si habéis pasado por delante de Tantarantana o lo habéis visitado hace poco, quizá penséis que es un restaurante más que se ha unido a la moda de los platillos a compartir en el barrio del Born de Barcelona, que ofrece buena comida a precio razonable y que su encantadora terraza provoca una inmensa pereza a levantarse e irse. Y seguramente tenéis razón, pero tengo que hacer un matiz. Tantanrantana hace 15 años que empezó y aunque su oferta hoy no es novedosa, es uno de pioneros en este formato.

De hecho lo visité hace algunos años y guardaba buen recuerdo de él. Recordaba su interior que me rememoraba una cafetería antigua, con cierto aire nostálgico. El local es rectangular y atraviesa el edificio dando a dos calles, la homónima y la calle de l’Allada Vermella que le permite tener dos terrazas en cada uno de sus accesos y un piso superior, pequeño, con unas escaleras para las que pido algo de prudencia.
Su oferta es sencilla basada en platillos, hoy ya clásicos y de buen producto, pero sin ser recargada. Con algún toque diferencial, encontarás cocina de mercado y bien servida: ensaladas, croquetas, alitas de pollo, salmón, bacalao o steak tartar son algunas de las opciones de su carta, amplia y para todos los gustos.
Lo visité un mediodía, junto a una compañera del mundo virtual para actualizarnos y pegarnos una buena charla. Nos decantamos por compartir un par de entrantes: unas croquetas de rustido y una hamburguesa.







El Lemon Pie es muy recomendable para los que sean muy golosos. Era dulce, a mi particularmente no me molesta, pero entiendo que quizá hay a quien pueda empalagarle. Tenedlo en cuenta cuando hagáis vuestra elección!. Muy bueno y contundente.
El Tiramisú también cumplía todos los cánones: cremoso, el cacao amargo y el toque de café y licor. Aún siendo un gran postre, mucho más ligero que el pastel.
En general, fue una comida agradable en un buen ambiente y bien servida. El personal muy correcto y buenos tiempos entre platos, se percibe experiencia y organización que no desvirtuó el buen recuerdo que guardaba de Tantarantana. Sigue manteniéndose como una muy buena alternativa para una parada cualquier día y casi a cualquier hora, donde por unos 20 Euros comes tranquilamente. Bien, comer, cenar, tomar algo a media tarde o una copa al fresco de la noche (si hay suerte). Un lugar que marcó un estilo, y que lo mantiene.
