Pues siguiendo con nuestro recorrido por el tapeo ibérico recientemente nos hemos acercado de visita a Ciudad Real, una ciudad con poco que ver, la verdad, pero con bastante ambiente de tapeo que da para una escapada corta.
El estilo es de tapa gratis, de cortesia, como en Madrid. Siempre la sirven. Las zonas más famosas están por el centro, en tres plazas que están prácticamente una al lado de la otra: Plaza Mayor, Cervantes y Pilar. Si bien el ambiente es bastante bueno y hay mucho bar clásico se nota cierta invasión de las franquicias, algo que le hace perder una parte del encanto ya que, además, da la sensación de que los clásico languidecen mientras que los low-cost con sus tapas inmensas pero con poca esencia triunfan. Una cosa buena: es barato un rato.
En la Plaza del Pilar visitamos:
- Los faroles: recomendado en las guías por sus calamares nos pusieron paella de tapa y al final, nos quedamos sin probarlos, eso si damos fe de que buena pinta si tenían. Nos tomamos dos Coca-Colas (4,4€) el único bar con precios más parecidos a los de Madrid.
- Bar España: igual que en el anterior las guías daban una recomendación: las bravas. Tampoco las probamos, en este caso ni había nadie tomándolas ni estaban en la carta. Pedimos un blanco. Estando en la zona fue un DO La Mancha: Yugo que con un mosto y tapa de pincho moruno costó 3,5€
- Casa Petra: bar moderno nos animamos porque anunciaban tapas clásicas en la entrada e íbamos buscando las gachas... ya llevábamos tres rondas y había que comerlas. Las tapas al estilo granaino: primeras, segundas, etc.. con un blanco y una 0,0 limón por 3€.
- Casa Lucio. El primero de los clásicos que visitamos, estaba lleno de paisanetes en la barra pero el ambiente era algo triste. Daba la sensación de estar venido a menos y no había nadie en el restaurante. Eso si, el servicio de quitarse el sombrero y por un vino y un agua nos pusieron de tapa patatas fritas, patatas bravas y boquerones fritos. Todo por 3€
- Volapié: una franquicia de Cruzcampo. No caímos hasta que estábamos dentro que ya habíamos visitado una en Logroño y, aunque esta vez nos quedamos, no nos gustó mucho. El servicio era igual de malo. 1/4 de gambas (7,95€) con 0,0 limón y un blanco Señorio Sierra por 11,30€
Y pasamos a la Plaza Mayor:
- El Ventero: otro de los clásicos, muy famoso porque ofrece cazuelitas de productos típicos por 8,5€: atascaburras, gachas, migas, etc. Pero al igual que Lucio estaba desangelado y vacio cuando lo probamos (y vacio cuando pasamos por la noche). Probamos una cazuelita de migas que estaban recalentadas y bastante maluchas. Con un vino y agua: 12€
- El acuario. Aunque tiene una decoración moderna es todo un mítico en la ciudad y muy famoso por sus típicos, y sabrosos, huevos duros rebozados con bechamel. Aparte tiene una carta de tapas para elegir, a la almeriense. Muy animado. Por poner un pero: no tiene Coca-Cola por lo que pedimos una Pepsi que con un vino y dos huevos salió por 4€
- El Portalón de la Casona. El más lleno de la ciudad, tanto por la mañana como por la noche. Entramos para comprobar el porqué (ya que era una franquicia y no lo entendíamos) y la respuesta era el tamaño de las tapas; una carta de 19 tapas enormes que incluida hamburguesas enteras o minipizzas. Pedimos una y sabía a pizza de supermercado cuando te la preparas mal en casa, la acompañamos con una tosta de lomo de orza mediocre pero bien untada de mahonesa de bote por los que pagamos con blanco y Coke, 4 euros. Entendemos porque estaba lleno pero no sé si compensa: el lugar era íncómodo, sucio, las mesas no las recogían y la tapa estaba bastante mala. Del servicio mejor no hablamos pero comparándolo con los camareros de Casa Lucio es como comparar un bocata de mortadela con una mariscada.
Terminamos en Cervantes:
- Come y calla: otra decepción. Las guía lo venden como un gastrobar pero es un low-cost mal decorado. Con refrescos de grifo y vino reguleras. La tapa, como en el Acuario, se elige. Muchas son montaditos, pedimos uno de salchichas, y también ofrencen el huevo rebozado que también comimos. Con blanco y mosto: 4€
- El callejón: muy bonito, recrea una calle y está muy bien montado. Otra decepción porque las guía recomendaban tomar un cava con ostras y por allí ni vimos cava ni vimos otras. Nos pedimos un vino y un agua que acompañaron con dos tristes trocines de jamón sobre pan. Pagamos 2,8€ y nos retiramos para el hotel después de comprobar que no es mala ciudad para tapear pero se queda corta.
Al día siguiente, para comer nos acercamos a Miami Park, habíamos leido que era el más famoso de la ciudad, pero estaba cerrado (domingo) por lo que cogimos el coche y nos fuimos a visitar Almagro, disfrutamos de su bonita plaza y comimos en un restaurante que recomendamos si vas por allí: El Corregidor. Un precioso restaurante, montado en una casa típica, con una bar que si no te apetece comer debes visitar aunque sea solo para tomar una. El servicio y la comida, inmejorables. Esta consistió en:
- Aperitivos manchegos: un variado de berenjenas de Almagro, gachas, migas, pisto manchego y ensalada de perdiz
- Una tapa de salmorejo
- Lomo en añojo, quizá el único plato un poco mal preparado
- Lomo cierva en salsa de grosella. Para chuparse los dedos
Todo con con agua, Coca-Cola, una copa de tinto y un café: 70 €