El té sigue siendo una de mis bebidas favoritas también en verano. Un delicioso té frío casero (no valen las bebidas preparadas a base de té) puede ser una bebida saludable y muy refrescante.
El té frío (pero bien frío, eh?) se puede preparar cualquier variedad de té, pero se deben seguir algunas pautas en su preparación para que la bebida no tome un sabor ácido o agrio (cosa que puede pasar con facilidad con las diferentes variedades de té verde).
Hay diversas maneras de preparar un té frío, pero una de las más sencillas (al menos para mi) es la siguiente:
Se calienta un litro de agua sin que llegue a hervir.
Se retira del fuego y se añaden 5 ó 6 cucharaditas (tamaño de postre) de hoja de té que hayamos elegido.
Se deja infusionar el tiempo que corresponda según el tipo de té que estemos preparando (Si es un té verde, no más de 3 minutos, y si es rojo o negro, no más de 5 minutos) y seguidamente lo debemos filtrar.
Se le puede añadir algunas rodajas de limón, naranja, manzana, jengibre, menta, canela, etcétera…. (hay un sinfín de ingredientes que combinan de maravilla con el té.
Para endulzarlo le podéis añadir azúcar, miel, edulcorante o mejor todavía, estevia si queréis preparar una bebida baja en calorías.
Se enfría en la nevera dentro de un recipiente tapado para evitar que el té se oxide y, listo!! Ya tenéis una deliciosa bebida con todas las propiedades beneficiosas del té.
Ahhh!! Casi se me olvida!!! Si queréis preparar un té frío con hielo, deberéis hacer una infusión más concentrada. Pero, ¡ojo!, antes de añadir el hielo, es aconsejable que primero dejéis enfriar el té hasta que esté a temperatura ambiente, para evitar que se altere el sabor y su textura original.¿Y vosotros? ¿Soléis tomar té en verano? ¿Frío o caliente? ¿Verde, rojo, o negro? ¿Con fruta, con menta o con canela? ¿Alguna sugerencia? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!
Besos desde mi blog!!!!