Revista Cine
Es curioso ver cómo cada cultura adopta a su manera el concepto “comer en el trabajo”. Ya hace tiempo que aquí se instauró la moda del tupperware. Lo de salir a comer fuera ya no se da. ¿Y qué es eso de comer un sandwich, frío e impersonal, como el tentempié a que están acostumbrados los británicos? No, lo mejor es hacerse la comida en casa, con todo el amor de la cocina casera —o de la abuela—, meterla en una fiambrera y llevarla al trabajo. Aquí le decimos “tupper", en India le dicen “lunchbox” (caja de comida), un eficaz recipiente donde miles de amas de casa envían la comida a sus maridos en el lugar de trabajo, día tras día, a través de un eficiente y específico sistema de recogida, entrega y transporte.
Pero, y ahí va la pregunta, ¿qué pasa cuando el sistema falla y una de las lunchbox, hecha por una soñadora mujer para que su marido vuelva a fijarse en ella, va a parar a manos de otra persona, pongamos por caso, un... (continuar leyendo)
Lo mejor: el punto de partida y las agradable fragancias que desprende todo el conjunto.
Lo peor: se estanca en ese punto de partida y parece que de vueltas y vueltas sobre lo mismo.
Nota: 7
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