Muchos de ustedes me consultan para saber cómo pueden modificar alguna de mis propuestas para convertirlas en aptas para celíacos. Pues bien, este mes de mayo se celebra el Día Internacional de la Celiaquía y el Día del Celíaco, razón por la que quería decir presente con algún plato que podamos disfrutar todos. La propuesta que les traigo hoy reúne estas características. Se trata de una torta deliciosa apta para amantes del chocolate y la repostería diferente. Una torta bien húmeda, de sabor delicado y con mucho chocolate. Además, a base de batatas... Ustedes saben cuánto me gusta preparar tortas con vegetales como ingrediente principal (Cheesecake de batatas, miel y nueces Pecan y Budín de zanahoria, ricota y chía) y la ocasión me pareció más que oportuna.
La versión original (no pude con mi genio y le hice algunos pequeños cambios) se encuentra en el libro "Mi primer libro de recetas" de la cocinera argentina Juliana López May (especialista en comida sana, a partir de productos de orgánicos y de estación). En cuanto vi esta receta, supe que la quería preparar y me puse manos a la obra. Aquí están los resultados: una torta que les va a encantar y que es apta para celíacos...
Aquí les dejo los ingredientes que necesitarán para prepararla.
Lo primero será que coloques en una placa para horno (o asadera) 500 gramos de batatas (o boniatos) con sus cáscaras, limpias y cortadas en mitades (en sentido longitudinal). Rociá con un hilo de aceite neutro las batatas y llevalas a cocinar en horno fuerte hasta que puedas obtener un puré suave y cremoso.
Con una cuchara, desprendé las pulpas de la batatas de sus cáscaras, realizá un puré con ellas (sin agregar nada; puede ser con tenedor o pisa papas) y reservalo.Bajá la temperatura del horno a 180°C. En un bol, batí con batidor de alambre (o batidora eléctrica) 6 yemas con 100 gramos de azúcar integral a blanco (deberá quedar una mezcla bien aireada y cremosa). Luego, agregá 4 cucharadas de cacao amargo y el puré de batatas que habías reservado. Integrá muy bien todos los ingredientes y añadí 1 taza de nueces cortadas de manera grosera.
Aparte, batí 6 claras a nieve con una pizca de sal (recordá que el bol que emplees debe estar muy limpio, sin ningún resto de materia grasa y que las claras no deben contener resto alguno de yemas. La pizca de sal ayudará a montar las claras con mayor rapidez).
Incorporá las claras a la mezcla anterior en tres partes, realizando movimientos envolventes para que no baje el aireado de la preparación. Es fundamental que no pretendas integrar las claras a nieve de una sola vez para no malograr la receta, ya que deben igualarse las densidades de ambas preparaciones.
Volcá la mezcla en un molde desmontable (si no estuvieras seguro que tiene un cierre perfecto en la unión de la base con el lateral/cintura del molde, colocá papel aluminio envolviendo la base de éste para que no se "escape" la mezcla ni la ganache que más adelante deberás añadir), enmantecado y enharinado (en el caso de tratarse de una receta para celíacos, reemplazá la harina por fécula de maíz, de mandioca/yuca, de papa o harina de arroz).
Horneá la torta por unos 40 a 45 minutos, dependiendo de tu horno. Deberá quedar con una consistencia muy suave, pero con la corteza seca.Mientras se cocina, colocá en una ollita 200 cc. de leche de coco y llevala al fuego. Cuando rompa el hervor, retirala de la hornalla y agregale 200 gramos de chocolate semiamargo (recordá revisar que sea apto para celíacos) picado bien chiquito. Dejá que el chocolate se derrita solo, por acción de la leche de coco caliente.Mezclá bien hasta lograr una crema brillante, homogénea y suave. Revolvé de vez en cuando hasta que la ganache se enfríe por completo.
Una vez que retires la torta del horno, estando aún caliente y sin desmoldarla, bañá con la ganache de chocolate que preparaste. Parte de la ganache será absorvida por la torta; el resto quedará como un baño de cobertura.
Desmoldá la preparación cuando enfrié por completo y la cobertura esté seca.
La torta quedará muy húmeda por acción del puré de batatas y se deshará en tu boca, encontrándote con algunos tropezones de nuez (podés reemplazar las nueces por otros frutos secos) que le aportarán textura.
La ganache también contribuirá a mantener húmeda la torta, brindándole sabor y tersura. Aunque pudiera parecerte una receta demasiado dulce o empalagosa, es muy equilibrada en sabores, perfumes y texturas: el azúcar integral (que endulza menos que su versión refinada) aporta su característico perfume acaramelado y humedad, la leche de coco y el chocolate semiamargo se equilibran muy bien entre sí, y el verdadero aporte de sabor dulce lo realiza el puré de batatas con todas sus vitaminas.
Cada bocado sabe a paraíso por su cremosidad, sabor delicado y textura aterciopelada.
Es ideal como cierre de una comida informal con amigos o para compartir un rico té con amigas (que te pedirán la receta sin dudarlo). Una torta distinta, sin harinas, apta para celíacos, con ingredientes comunes y sabores muy delicados.
Espero que la prueben y la disfruten. Por su humedad, es una preparación que dura sin inconvenientes unos cuantos días; sin embargo, no van a tener que preocuparse mucho por ello, ya que todos pedirán porción doble (se los aseguro).
Nos reencontramos la semana próxima. Disfruten mucho... y ¡Bon appétit!