Si estás cansada de preparar el arroz como guarnición, el arroz en sushi o el arroz en risotto... Entonces, ésta es la oportunidad de aprender a preparar una nueva, divertida y deliciosa receta con arroz integral (¡¡Sí, como lo leíste: deliciosa receta con arroz integral!!). Para que el arroz no sea el ingrediente aburrido de tus comidas y para que toda la familia se anime a comer brócoli sin chistar.
Hoy te propongo preparar unas tortillas de arroz integral con brócoli. Con estas cantidades saldrán unas 3 tortillas bien formadas y gorditas. Atención: pueden hacerse con arroz blanco, yamaní o el de tu gusto. De igual manera, podés reemplazar el brócoli por coliflor, zapallitos redondos o zucchinis porque queda muy rica igual.
Herví en agua sin sal (si querés, añadile una hojita de laurel al agua) 3 pocillos de arroz integral por unos 25 minutos (o lo que indique el producto) y reservá hasta que entibie. Sazoná el arroz con sal, pimienta y nuez moscada. A parte, un brócoli (o un paquete de brócoli congelado) y reserva las flores groseramente picadas.
Cortá en juliana una cebolla grande (si en tu hogar habitan cebollafóbicos - personas que tienen fobia a encontrar pequeñas porciones de cebolla en la comida -, picala de tamaño casi imperceptible y negá al público presente que una de esa liliáceas haya ingresado en tu cocina...) y picá en brunoise una cuarta parte de un ají morrón (tenés pimiento verde o amarillo; no importa, acá no discriminamos. Vamos, sumalos al montón).
En una cacerolita o sartén con una cucharada de aceite neutro caliente, rehogá la cebolla (¡¡Shhhhhh. Qué los susceptibles no se enteren!!!) y el morrón hasta que queden traslúcidos y blandos. Condimentá con sal, pimienta y orégano. Incorporá estos ingredientes al arroz sazonado y tibio. Añadí, el brócoli y rectificá la sazón. Además, agregá a la preparación unas 3 cucharadas de queso rallado de tu gusto (o hebras de queso). Integrá muy bien los ingredientes.
En una sartén mediana, poné a calentar una cucharada de aceite de girasol (o de maíz) y, una vez caliente, añadí con cuchara de madera porciones de la mezcla de arroz y vegetales hasta completar un piso bien colmado y gordito. Hacé presión con la cuchara para que queden bien integradas en un todo las porciones de preparación que colocaste. Dejá cocer por unos minutos, revisando con una pala para frituras (o espátula) que no se pegue al fondo de la sartén y que se vaya dorando. Mientras tanto, en un bol, batí 2 huevos de granja para incorporar un poco de aire y formar un ligue. Colocá sal, pimienta, orégano y nuez moscada a los huevos batidos y esparcilos lo más equitativamente posible sobre la preparación que colocaste en la sartén. Pasado unos minutos, cuando veas que los bordes de huevo de la tortilla están coagulando y algo cocidos, ayudándote con un plato o una tapa que ocupe la boca/abertura de tu sartén, volteá la tortilla para que se dore del lado que tiene más huevo. Este movimiento, suele tener que repetirse dos ocasiones por cada lado para que quede dorada, algo crujiente y cocida por fuera mientras que, por dentro, quedará cocida y cremosa (¡Sí, te garantizo que estará cremosa!).
Para servirla, podés preparar una ensalada de hojas verdes, de hinojos con limón y abundante pimienta negra o con tomates cortados en cuartos y marinados en una limoneta con el jugo de un limón, orégano, tomillo, sal, pimienta y un chorrito de aceite de tu preferencia.
Es facilísima. Es muy sana. Es una manera diferente de presentar el arroz y el brócoli en tu mesa...
Sólo queda que pruebes la receta y que te diviertas probando con nuevos ingredientes para combinar y enriquecer tu tortilla de arroz.
¡Qué la disfrutes!