Trópico es un local luminoso y bien decorado. Se ve un buen ambiente de domingo. Relajado. Un local en un bonito edificio de 1898 recuperado, una de esas joyas que pasa desapercibida entre la arquitectura popular arrabalera . No tiene gran fachada y llama la atención con sus pizarras a pie de calle. Tampoco está en sitio de paso, encontrar el local lleno al que debes ir expresamente es síntoma de algo. Ahora sabemos de qué.
Elegimos también un ceviche de corvina. Fiel a su receta original con leche de tigre, cebolla morada y maíz. Estaba bien, aunque personalmente hubiera puesto menos leche de tigre, casi resultaba necesaria una cuchara para comerlo. Otras veces que he tomado ceviche los trozos de pescado eran más grandes. En Trópico son más pequeños quizá demasiado escondidos en la salsa. Por otro lado es algo bueno para aquellos que aún tengan manías a comer crudo, pues la textura queda más difuminada. De sabor, muy bueno.
Con esto tuvimos suficiente, no queríamos prescindir de probar alguna de sus tartas del día y pasamos al postre, dejando hueco para un trozo de pastel. El carrot cake no dejaba de pasearse para otras mesas pero al indicarnos los postres nos cantaron un bizcocho relleno de dulce de leche y bañado en chocolate y lo elegimos. No nos defraudó la potente ración de tarta. Con una comimos los dos y nos quitó el deseo. Mucho menos empalagosa de lo que podría parecer, un bizcocho bien cocido que mantenía la esponjosidad y que cubriría las expectativas de cualquier goloso. Muy bueno. La comida la acompañamos con una cerveza y una copa de vino blanco Mas Donís DO Montsant que fue suficiente. Dan mas opciones de otras zonas, aunque no hay mucha variedad en vinos. También es cierto que no es un sitio en el que cuadren mucho. Aún así, la posibilidad existe. Un buen ambiente de domingo como antes decíamos. Un local donde un mapamundi de yeso hecho como mural indica la creatividad de sus dueños con el que te das cuenta que no es necesario recurrir a ningún decorador de moda para conseguir un toque de distinción. Eso sí, 2 meses 13 horas diarias de picar pared, ya que preguntamos quién lo había hecho por curiosidad y el mismo autor Rafa, nos lo contó. Un buen servicio, amable y eficiente, gente joven y con ganas son las que han llevado a Trópico a ir de boca en boca entre su público barcelonés y extranjero (que no turista) y que provoca que se le considere uno de los mejores sitios para tomar un brunch en Barcelona.