El rapto de Helena por Paris, separándola de su esposo, el rey Menelao (Brendan Gleeson), es un insulto que no se puede tolerar. El orgullo familiar establece que una afrenta a Menelao es una afrenta a su her-mano Agamenón (Brian Cox), el poderoso rey de Micenas, que no tarda en reunir a todas las grandes tribus de Grecia para recuperar a Helena de manos de los troyanos y defender el honor de su hermano.
La verdad es que la lucha por el honor por parte de Agamenón está corrompida por su incontenible codicia ya que necesita conquistar Troya para asumir el control del mar Egeo y asegurarse la supremacía de su ya vasto imperio.
La ciudad amurallada, bajo el mando del rey Príamo (Peter O’Toole) y defendida por el poderoso príncipe Héctor (Eric Bana), es una fortaleza en la que ningún ejército ha sido capaz de penetrar.
Sólo un hombre se erige como la clave para la victoria o la derrota de Troya, Aquiles (Brad Pitt), considerado el más grande guerrero vivo. Arrogante, rebelde y aparentemente invencible, Aquiles no siente lealtad hacia nada ni nadie, excepto hacia su propia gloria.
Es su insaciable ansia de fama eterna lo que le lleva a atacar las puertas de Troya bajo el estandarte de Agamenón, pero será el amor el que finalmente decida su destino. Dos mundos irán a la guerra por el honor y el poder.
Miles de hombres morirán en la lucha por alcanzar la gloria. Y, por amor, una nación quedará reducida a cenizas