Pienso que, en la noche de los Goya, no hay mayor desprecio que, no haciendo aprecio, irme a ver la última de los Coen. Por no ver a los babosillos de siempre repartiéndose galardones o, en esta ocasión, bofetones, que teniendo más gracia, aburre solo un poco menos. No entiendo como esos autodenominados actores son incapaces de contar una gracia sin tener ni pizca.En fin... nada mejor que curarse de malas actuaciones con otras buenas y malos directores con otros buenos. El caso es que "Valor de Ley" no desmerece en absoluto a una historia de western cuasiperfecta que ya fue contada por Henry Hathaway hace más de 40 años y protagonizada por el eterno cowboy, John Wayne. En la versión actual, Jeff Bridges no envidia la genial interpretación que valió el Oscar al vaquero de Iowa. Bridges, al que cada día admiro más por su diversidad de registros, al contrario que otros "grandes" del método idolatrados por cinéfilos del mundo entero. Lo mismo puedo decir por el menospreciado Matt Damon que interpreta (en versión original, amigos) el mejor traumatismo lingual de la historia del cine y Josh Brolin, algunos de los mejores minutos del western de siempre. En el sentido negativo, el buen desarrollo de la joven Hailee Steinfeld no iguala en absoluto el espectacular de su predecesora, Kim Darby, mucho más de acuerdo a lo que se puede esperar de una niña de aquella edad, por valerosa que fuese.Esto respecto a la interpretación.Respecto al guión, poco añade a la versión previa, excepto el toque personal de los Coen, que modifican cuatro o cinco cosas que, en mi opinión, no mejoran el original. Si acaso, pierde un poco la relación entre Bridges y Damon, que estaba mucho mejor definida en el original.Sin duda mejora la película la crudeza de las imágenes y las situaciones, al uso de lo que debía ser en la época. Eso y el guiño a la historia, evidenciando que, en el fondo, perseguidores y fugitivos son derrotados y víctimas de una guerra civil, estado mental y económico que les empuja a un lado y otro de la ley con una facilidad solo posible en tierras salvajes.
Como punto negativo, la música inapropiada y la manía de crear paisajes por ordenador cuando el wild west está exactamente como lo dejaron los cowboys hace 100 años, quitando alguna carretera y alguna línea de alta tensión. No existe otra razón que la económica y la pereza. Lo que resta realismo al cine y nos hará ver, en 30 años, las películas de hoy como vemos las de Ray Harryhausen en nuestros días. Con curiosidad y vergüenza ajena (ojo, admiro a Harryhausen, pero es que entonces solo hacían así lo imprescindible).A pesar de estos pormenores, la interpretación de todos los grandes y una simple y sólida historia, hacen de "Valor de Ley" una película imprescindible e imperdonable, tal y como su antecesora.Al cine. Americano. Con guerras civiles y sin morales simplonas.