Allá por diciembre del año pasado pude probar un recién
nacido Carabibas VS 2009, que si bien aún necesitaba terminar de hacerse, ya
apuntaba buenas maneras. Hace poco, como ya comenté, probé casi en primicia un recién
embotellado Carabibas 2010, que sigue en la línea de su predecesor. Ahora, por
fin, he podido ponerme manos a la obra con ese 2009 tras un añito entero de
botella, además de conocer gracias a Fernando Sirvent, de Bodegas Sierra de
Cabreras, y a Fernando Coca, enólogo responsable de la criatura, información
muy completa sobre su forma de elaboración.
Bodegas Sierra de Cabreras es un proyecto que se inicia en
2009 con el embotellado de la primera añada de su vino Carabibas VS. Se trata
de una modesta bodega situada en Salinas-Sax, con 6 Ha de viñedo propio de una
edad media de 15 años, plantado en suelo calizo-pedregoso y haciendo un cultivo
tradicional y parcialmente ecológico, que está en fase de transición a
totalmente ecológico, y en el que se intenta mantener un rendimiento de 2
Kg/cepa. Llevan a cabo selección de racimos y vendimia manual, para posteriormente
hacer llegar la uva a los depósitos de acero inoxidable por gravedad.
Fermentación y maceración de 18 días en depósito de acero de
2000 litros
con temperatura controlada, usando para la Monastrell levadura indígena, aunque
están en proceso de tipificar y reproducir sus propias levaduras para usarlas
con todas las castas. Tras la fermentación y la maceración, el vino pasó a
hacer una crianza de 9 meses en barricas de roble francés de grano fino y
tostado medio, nuevas en la añada 2009. El vino se clarificó con clara de huevo
natural y no se estabilizó por frío ni de manera química, sometiéndose a un
suave filtrado con placas de celulosa.
Con estos mimbres se tejieron las 2500 botellas de Carabibas
Vendimia Seleccionada 2009 (Vino de Mesa, las siguientes añadas ya DO Alicante;
tinto con crianza, 65% Cabernet Sauvignon, 30% Merlot, 5% Monastrell; Bodegas Sierra de
Cabreras). Así, tenemos un vino de color picota intenso, muy cubierto, con
ribete amoratado destilando juventud. Nariz de buena intensidad y agradable,
con mucha fruta roja y negra, pimienta, maderas y balsámicos suaves. En boca es
agradable, con entrada seca e intensa, frutal, muy buena acidez y tanino aún
algo marcado, que deja un final de buena duración y agradable.
Un vino dentro de las líneas de gusto actual, intensa carga
frutal, buena extracción y presencia clara de la madera, pero que no resulta en
absoluto exagerado (aunque se que algunos habituales de este blog no estarán de
acuerdo). Ese tanino aún necesita terminar de domarse un poco, porque creo que
se tornará mucho más sedoso con el paso del tiempo, y junto con la buena acidez
que tiene, le augura al vino un largo futuro por delante.
Destacar también la clase de la presentación, en botella
bordelesa de hombros anchos y con un etiquetado sobrio y muy elegante.
Yo, de momento, me guardo otra botella de esta añada para el
año que viene.