Revista Vino

Un par de vinos chilenos

Por Smiorgan

La historia de la producción de vinos en Chile es centenaria, ya que las primeras vides se podrían haber introducido en ese territorio entre 1541 y 1544, siendo cepas españolas de la variedad "Negra", conocida como "País" en Chile y "Misión" en California. Las viñas encontraron un hábitat ideal en regiones como Corregimiento de Coquimbo y la zona central, por su clima mediterráneo de inviernos lluviosos y veranos calurosos.
En 1851 se empieza a reemplazar la cepa País por castas como Cabernet Sauvignon, Cot o Malbec, Merlot, Pinot Noir, Riesling, Sauvignon Blanc y Sèmillon. Estas cepas se mantuvieron libres de la plaga de la Filoxera, y contribuyeron posteriormente, en gran medida, a la recuperación mundial de la industria vitivinícola.
La producción chilena de vino pasa por períodos de estancamiento y decadencia,  relanzándose a partir de 1980, cuando inversores extranjeros reconocen la calidad de las vides y vinos chilenos y hacen acto de presencia en ese territorio.
Un Par de Vinos ChilenosActualmente Chile es un importante exportador de vinos finos, con un volumen de negocio que alcanzó 493,8 millones de dólares en los primeros cuatro meses de este año, mientras el volumen alcanzó a 195,6 millones de litros.
Del Pago la Baronía, en Peralillo, Valle de Colchagua, proceden las uvas con las que se elabora este vino. Vinificación por separado de las distintas castas, fermentación maloláctica en barricas de roble francés, con posterior envejecimiento de 12 meses en las mismas cubas, para proceder luego al ensamblaje definitivo y a un año más de crianza en botella. Barón de Gurpegui Gran Reserva 2006 (Valle de Colchagua, Chile; Tinto con crianza; Cabernet Sauvignon, Shiraz, Malbec, Petit Verdot y Cabernet Franc; Luis Gurpegui Muga) viste un color rubí bastante cubierto, con ribetes asomando el granate, pero aún violáceos. Nariz de intensidad media, dominada por los primarios frutales (ciruelas, cerezas), con notas especiadas y de cacao. En boca es de paso fácil, cuerpo medio, con un tanino muy suave y un final agradable. Un vino fácil y agradable, sin ser nada memorable.
Del Valle Central proviene uno de los vinos más conocidos de Chile, elaborado con la más internacional de las castas francesas, permaneciendo un 70% durante 8 meses en barricas de roble americano. Casillero del Diablo Cabernet Sauvignon reserva 2008 (Valle Central, Chile; Tinto con crianza 100% Cabernet Sauvignon, Concha y Toro) es un vino de un color rubí algo apagado, con ribetes rubí granatosos. En nariz, intensidad media, con casis y ciruelas negras, junto con alguna nota balsámica y especiada. En boca, un vino de cuerpo medio, algo hueco, con taninos presentes sin ser desagradables y un final de duración media. Un vino del que esperaba más por lo publicitado, pero que me pareció bastante anodino.
En resumen, un vino de ancestros riojanos que se deja beber pero sin pasar a la historia, y un famoso vino chileno que me ha dicho más bien poco. Un primer acercamiento a los vinos chilenos que no me ha explicado el por qué del aumento progresivo en las exportaciones desde este país.


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