Con esta receta participo en el concurso organizado por el blog "Pinchos y Canapés" patrocinado por Embutidos Ríos y la colaboración del Hotel Grupo Don Pablo
Y yo como siempre apurando, llego por los pelos el plazo se acaba hoy mismo, si es que últimamente no tengo tiempo para ponerme tranquilamente a cocinar y escribir.
Con esta receta queremos jugar con el comensal, a la vista esta tapita en formato copa puede parecer un postre de natillas y chocolate, pero en realidad es una versión de un revuelto de morcilla.
MOUSSE DE MORCILLA CON REVUELTO CREMOSO
INGREDIENTES:(para 4 vasitos)
250gr morcilla de Burgos
100gr nata para cocinar
100gr manzana gran Smith
4 huevos
Sal
Pimienta negra
Para la mousse de morcilla:
En una sartén calentita meter la morcilla sin la piel y cortada en trozos, no hace falta añadir aceite a la sartén.
Remover con una cuchara de madera e ir partiendo la morcilla, para conseguir una masa uniforme. Cuando haya cocinado un par de minutos a fuego medio añadir la mitad de la nata, remover y en un vaso batidor mezclar todo bien para conseguir una masa homogénea, si queda demasiado densa para vuestro gusto añadir algo más de nata, pero no la dejéis muy líquida.
Para el revuelto:
Para conseguir que un revuelto sea cremoso hay que cocinarlo al baño María y, además agregar algo de nata.
Ponemos agua a cocer en una olla grande y en otra olla más pequeña o un bowl que podamos introducir vertemos los huevos, pimienta negra,sal y el resto de la nata. Tener cuidado de que nunca entre agua en este cacharro.
Remover todo con unas varillas, no paréis de remover nunca y no quitéis del baño María, en unos minutos tendréis una especie de natillas, ya tenéis listo en revuelto.
Emplatamos:
Calentamos la mousse de morcilla y la metemos en una manga pastelera.
Vertemos en las copas un poco de mousse de morcilla y cubrir con el revuelto cremoso. Encima de este poner unos dados de manzana, dejando la piel y recién sacada del frigorífico para que de un toque frío, fresco y algo ácido.
Es una tapa muy fácil, no dejan de ser huevos con morcilla, pero presentados de tal manera que puedes jugar y sorprender a tus invitados.