Ya van apeteciendo los platos menos contundentes, y estas verduritas asadas están deliciosas, sobre todo, si van acompañadas de salsa Romesco.
La salsa Romesco es una salsa típica de Cataluña, concretamente de Tarragona. Como suele pasar con los platos populares, hay casi tantas versiones como cocineros, pero las diferencias son menores. Algunos sustituyen una parte de almendras por avellanas, que se cultivan en la tierra originaria del Romesco. En general se añade más aceite cuando se quiere una salsa más suave y líquida, o pan frito o galletas maría (estas galletas y los biscotes sustituyen a veces al pan frito en los majados o como espesantes en la cocina tradicional catalana) si se quiere espesarla. Yo la he adaptado a mi gusto.
Ingredientes:
2 berenjenas
2 pimientos rojos de asar
2 pimientos verdes de asar
2 tomates rojos y carnosos
1 cabeza de ajos
1 cebolleta grande
Salsa Romesco:
50 grs. de almendras tostadas
50 grs. de avellanas tostadas
La cabeza de ajos y los tomates indicados en las verduras
2 ó 3 ñoras
1 rebanada pequeña de pan tostada
Aceite de oliva virgen extra
Aceite de girasol
Vinagre de vino
Sal
Pimienta
Instrucciones:
La noche anterior ponemos las ñoras a hidratar, le sacamos la carne y reservamos.
Lavamos las verduras, las secamos y las pintamos de aceite con una brochita.
Las colocamos enteras en la parrilla del horno poniendo debajo una bandeja para recoger el jugo que suelten.
Las horneamos a 180 grados hasta que estén hechas, dejamos enfriar.
Pelamos los tomates y sacamos la carne de los ajos, los ponemos en la batidora.
Le añadimos la carne de las ñoras, las avellanas, almendras, pan tostado, medio vaso de aceite de oliva, medio vaso de aceite de girasol, un poco de vinagre, sal, pimienta y un chorritín de agua. El vinagre lo ajustáis a vuestro gusto pues no debe destacar.
Trituramos todo muy bien hasta hacer una crema fina y sin grumos. Si está demasiado espesa la aligeramos con un pelín de aceite. Reservamos en el frigo.
Pelamos las verduras restantes y troceamos en tiras.
La aderezamos con un poco de sal y un hilo de aceite de oliva.
Dejamos unas horas en el frigo para realzar los sabores de ambas preparaciones.
Servimos cada cosa por separado para que los comensales se sirvan a su gusto.
Esta es la salsa que se toma con los típicos calçots, es deliciosa!