Hacer una guía de donde comer en Viena es misión imposible. Es una ciudad con infinidad de opciones. Cómo íbamos de puente y era diciembre, nuestro objetivo esta vez no fue ir a restaurantes. Además de ver la ciudad, la misión gastronómica de este viaje fueron los mercadillos navideños y los cafés. Dos de las cosas más representativas de Viena: cafés donde comer tartas tan famosas como la Sacher y mercadillos llenos de gente y de vida.
Empezamos con los cafés. Locales que representan la grandeza de la ciudad, de estilo palaciego, recargados. La elegancia hecha merienda:
- Café Sacher, es el más famoso y lo es por la tarta del mismo nombre. Tiene tanto público que suele tener cola en la calle y te toca esperar más de una hora al frío. El truco: tiene tres espacios en los bajos del Hotel. Sacher. El tradicional, más lujoso y con más espera y otros más pequeños con menos cola, uno en la esquina y otro justo al lado de la entrada del salón principal encontrarás una puerta que te lleva a un local pequeño, con servicio de lujo donde probar la conocida (y cara) tarta Sacher por 7,9€
- Café Mozart: Elegancia y otra cuenta de pastón al canto. Una carta mucho más variada y amplia que en el Sacher y una especialidad, el ApfelStruder, el típico pastel de hojaldre. Aquí dicen que preparan la mejor de todo Viena. Las raciones, de las tartas y del café Vienés, rondan los 6 euros
Otro imprescindible pero que no pudimos probar por la cola que tenía es el Café Central, 160 años de vida y un local que huele a historia espera a aquellos turistas con la paciencia suficiente. Y sino es este mira las guías y prueba cualquier otro, como el Demel que asegura ser también el que mejor Sacher tienen. Pruebes el que pruebes, en esta ciudad, ninguno te va a defraudar.
Segunda parte, los mercadillos navideños. Da gusto, de verdad que es una gozada pasear por una ciudad donde, a pesar del frío, te encuentras mercadillos rebosantes de ambiente. Todos tienen puestos para comprar, artesanía, adornos, etc. pero también puestos para comer y beber y todos están llenísimos de gente. Verlos desmonta el tópico de si en Europa la gente no se junta ni sale tanto como aquí. Un mito falso. Los más famosos son:- Christkindlmarkt: El más grande y navideño de todos. Está en la Rathausplatz, junto al Ayuntamiento. Con cientos de puestos de artículos para la navidad y gastronómicos. Pensado principalmente para comer dulces, aunque tiene de todo. Es tan enorme que tiene incluso una pista de patinaje integrada entre los árboles.
- Weihnachtsdorf en Maria-Theresien-Platz, se encuentra situado entre los museos de historia del arte y de historia natural. Principalmente de puestos de artesanía tradicional y navideña. Algunos puestos gastonómicos con productos típicos . Aquí nos tomamos un lángos, una receta austrohúngara de pan de patata frito que pedimos con queso, una salchicha enrollada en masa de hojaldre y como hacía un frío de mil demonios varios Glühwein (vino caliente con canela).
- "Karlsplatz", en la Plaza de San Carlos está uno de los mercados más acogedores, más familiar y un poco hippie, con juegos para niños en plan revolcarse por la paja. Tiene menos puestos pero está curioso y la gastronomía es más económica. Entre lo más típico está el gulash y el punsch, un tipo de vino caliente con azúcar, grosella y licor de cereza.
Debes saber que no hay vasos de plástico en los mercadillos. Te lo sirven todo en taza por la que te cobran unos euros que te devuelven cuando la retornas o que te puedes llevar de recuerdo. Además, si vas con niños, hay vinos calientes sin alcohol para ellos ;)
Pero aparte hay muchos más dispersos de la ciudad. Más pequeños pero con mucho ambiente. Tienes en el Palacio de Schönbrunn, en el Spittelberg, en el Palacio del Belvedere (con ambiente más diurno) o el Altwiener Christkindlmarkt (Plaza Freyung), en el casco antiguo de la ciudad.
Si quieres probar algo de su gastronomía el plato más famoso de la cocina austriaca es el Wiener Schnitzel (en alemán, filete al estilo de Viena), un simple escalope vienés que nosotros probamos en Rathaus Restaurante, un coqueto local cerca del ayuntamiento. El precio de este plato varia en función del restaurante entre los 17 y los 20 euros.
Otros restaurantes famosos son el Griechenbeisl que desde 1.447 ofrece todos los platos de la cocina austriaca) o puedes buscar un Heuriger, tabernas vienesas donde probar el vino del país. Para las salchichas una opción es el Centimeter, con su salchicha de un metro, pero la mejor opción es el puesto callejero que hay justo al lado del Albertina "Bitzinger Wurstelstand", donde siempre hay cola (pero va rápida) y puedes probar la salchica käsekreiner, rellena de queso. Deliciosa.
Si puedes no lo dudes, pasarás frio pero hay que ir Viena en Navidad.