Este fin de semana me desplace hasta Palma del Rio con la familia. ¿el motivo? la carrera nocturna Ciudad de la Naranja, primera de las cinco 5 del Reto de la Vega.
Conocí el reto cuando me inscribí y me parecía una iniciativa estupenda ya que por tres euros entrabas en el mismo y recibes una medalla por cada prueba en la que participes (cinco consecutivas en cinco fines de semana) que se unen y forman un trofeo singular.
Además, entras en la clasificación propia del reto.
Lo malo es que ya no había plazas y de todos modos el fin de semana que viene se casa un compañero de trabajo, así que de todos modos este ano no lo iba a poder completar... veremos el año que viene.
La prueba se esperaba de gran nivel, ya que el publico popular acudía con la gran bolas del corredor de la prueba como reclamo y el profesional, por los premios económicos.
Si a esto sumamos el Reto de la Vea el resultado es una gran participación de gran nivel, con 641 inscritos, récord de la prueba.
Llegamos temprano, tras hacer el check-in en una casita rural en la puebla de los infantes, así que fuimos al Mercadona a por agua y cosas para desayunar.
Tuve la mala suerte de dejarme el shaker con el preentreno en la casa rural y ya no me iba a volver, así que decidí sustituirlo por un Monster, que en la Backyard de Gaucín me vino muy bien.
Me lo fui bebiendo a sorbos camino a la salida y tras reunirnos con José, Silvia y Camila, fuimos a los baños y nos preparamos para la salida.
Había un gran nivel y tras haber pasado una semana malo con fiebre cada noche y la garganta cerrada desde el miércoles, no sabia como me encontraría.
El lunes fui al gimnasio, y ya me encontraba raro y el martes, que salí ya con fiebre, troté 2 km y me volví a casa porque iba que no podía ni levantar las rodillas.
Me encontraba mejor desde entonces, pero 7650 metros dan para mucho y no quería forzar en la salida, ya que si no la petada estaba asegurada.
Con el pistoletazo de salida deje que los corredores que venían a por el dinero hiciesen su trabajo y yo me fui buscando un hueco, apretando pero manteniendo el freno de mano echado.
Aun así adelante a varios corredores en los primeros metros y al final de la Avenida de Santa Ana iba ya entre los 10 primeros.
Avanzaba a buen ritmo, completando el primer kilómetro a 3:17, pero bajando un punto el ritmo al llegar a la Avenida María Auxiliadora, ya que iba tirando del tercer grupo y el de cabeza y que le seguía estaban ya lejos.
Si me desgastaba tan pronto iba a acabar cediendo posiciones así que dejé que tirasen otros dos corredores y los tres codo a codo entramos en el puente de Hierro, donde la cabeza de carrera pasaba por el otro lado, ya completando ese tramo.
Pensé en coger agua del avituallamiento, pero notaba el estómago cerrado y la temperatura era agradable, así que aproveché para acelerar un poco mientras mis acompañantes bebían.
No debí ser el único que lo hacía, ya que me adelantaban a buen ritmo otros corredores, uno de ello supongo que local, ya que animaban al grito de "Chiki" los corredores que nos cruzábamos por el otro lado.
Pasaron también, José, mi padre y Silvia, y ya cerrando la comitiva Pedro Artajo, corredor del Maratón Jerez de toda la vida (corría ya con mi padre) con quien hacía bastante que no coincidía.
Tras dos kilómetros a 3:26 y 3:27 y ya separado de los grupos de cabeza, que ni se veían, avanzaba junto a otros dos corredores que iban haciendo la goma, mientras trataba de no descolgarme.
Con el ecuador de la prueba cumplido y sabiendo que el km 7 era el más duro por los adoquines, me encontraba cómodo para apretar el paso si era necesario, así que avanzando con cuidado, ya que no se veía bien en algunos puntos, entramos en el tramo final del recorrido.
Nos adelantamos José Said y yo, con él en cabeza preguntando en cada cruce cual era la dirección a tomar, ya que no estaba del todo claro en algunos puntos y al ir en tierra de nadie, sin corredores de referencia por delante ni por detrás, temíamos equivocarnos.
Ya tras un par de cambios de ritmo pensaba que estaría tocado, pero cuando entramos en la Avenida de Andalucía metió un último cambio y finalmente me sacó 5 segundos en meta, los mismos que le saqué yo a Francisco José García.
Con un último parcial a 3:18 y una media de 3:24 entré en la octava posición absoluta y tercera de categoría, un final inesperado para una semana difícil que me da mucha confianza de cara a los entrenos para La Desértica.
En la preparación del Veleta me perdí casi 3 semanas por estar malo en julio y temía que volviese a pasar, pero por lo que se ve, de esta, estoy ya recuperado ;)