Revista Cocina
Hoy he decidido contaros una cosa sobre mí. Bueno, dos, más bien. La primera y la menos importante es que me encantan las cosas monas sin utilidad ninguna. Son ese tipo de prendas, en este caso, que nos gustan por su forma pero que, de algún modo, no pegan mucho con nuestro estilo o no es algo con lo que nos sintamos realmente cómodos pasado el tiempo de euforia. El otro día una chica asiática se llevaba dos mini bolsos en forma de porción de tarta de Salvador Bachiller. Uno era de limón y el otro de arándanos. ¡Eran una cucada! Y yo me enamoré de ellos. Sobre todo con esos arandanitos de plástico de encima... Pero seamos honestos, no me lo pondría.
Es decir, las tartitas eran ideales, me habría comprado una de cada sabor posible, así como millones de veces antes me he planteado comprarme un porta-cupcakes (que viene a ser un bolso-cupcake con cadena para llevar un pastel dentro). Pero luego pienso: ¿realmente vas a ponerte eso después de admirarlo en tu casa? Me pasa lo mismo con los bolsos en forma de animales o las diademas con cosas encima. Son preciosos pero nunca los compro porque sé que nunca encontraría el modo de ponérmelo.
En lo que a esto gorrito de zorro se refiere... Es en parte un ejemplo. Digo en parte porque realmente me lo he puesto y si no lo he hecho más es porque no ha hecho frío como para gorros. Aún así me cuesta ponérmelo porque imagino qué pensara la gente al ver a una adulta con orejas de zorro por la calle. La diferencia es que fue un regalo de Miguel porque él sabía que me emocioné al verlo en la tienda Casa y que no me atreví a comprarlo por tooooda esta razón que acabo de explicar. A veces necesitamos un empujoncito.
La otra cosa que os voy a contar sobre y mí y la única de ambas que tiene realmente importancia e intención es que... ¡Adoro a los zorros! Simplemente me encantan. Esos bichitos peludos con esas colas TAN fluffy y ese color fuego. Realmente me emocioné cuando salió la canción What does the fox say?. Es curioso porque a mucha gente le gustan pero pocos les prestan atención.
Cuando era pequeña alguien de mi familia del pueblo (no recuerdo quién) encontró un zorro y "se lo quedó" (realmente estuvo un corto periodo de tiempo en una especie de zona enrejada en el bosque donde le ponían agua y comida). Nunca había visto uno de cerca así que siempre que podía me escapaba para visitarle. Estaba asustado pero no dejaba de ser precioso y de dirigirme una mirada penetrante. La verdad es que no recuerdo por qué estuvo allí pero pronto le soltaron. Supongo que estaba herido pero fue hace demasiado tiempo.
Realmente siento cierta sensibilidad hacia los zorros por alguna razón. Me preocupa el tema de que les maten por intentar conseguir comida (ya sabéis, las gallinas...) y que nadie haga nada. Todos están con el tema de los lobos, que pasan por algo similar con las ovejas, pero nadie quiere a los pobres zorros. Les consideran ladrones. ¡No lo son! Solo quieren comer y nosotros hacemos lo mismo.
Puede parecer un sueño absurdo, pero siempre he querido fundar una protectora de zorros. Como sigamos así se extinguirán y parece que a nadie le importa. Bueno, pues a mí me importa y no quiero que suceda. Estaría muy triste y decepcionada con el mundo si un animal tan majestuoso desapareciera. El corazón se me derrite cuando veo vídeos en que los zorritos se encariñan con sus salvadores y se dejan mimar. Con salvar a uno algún día estaría satisfecha.
Así que si iba a tener uno de esos gorros con orejas... tenía que ser de zorro, está claro. El gorro es de la tienda Casa y tenían otros modelos similares con otros animalitos. Para combinarlo, no encontré nada mejor que un chaleco de pelo, jersey, camisa a cuadros, jeans y botas. El outfit es bastante campero y cómodo. El día en que fui así vestida era pleno diciembre y apenas lo noté. Un cheleco de pelo es una buen idea.
El día que hicimos las fotos, Montse y yo nos colamos en el parque de Valcuevo. Es un parque enorme con un mirador para ver el río, pero lo cierran en otoño hasta primavera así que no nos quedó más remedio que deslizarnos debajo de la valla (¡como haría un zorro! y como me ha enseñado la película Fantástico Sr Fox) para disfrutar de un par de horas de paisaje incomparable.
Fotos hechas por Montse.
Datos del outfit:
Gorro / Hat: CasaJersey / Sweater: StradivariusCamisa de cuadros / Plaid shirt: StradivariusJeans: StradivariusCollar / Necklace: MisakoBotas / Boots: AdanessaCalcetines / Socks: OyshoChaleco de pelo / Furry vest: Blanco