Xavier Mor es “tentador” por vocación. Tentador porque es creador de
chocolate artesano y lo es por elección personal. Después de una dedicar su jornada laboral durante varios años en empresas ajenas, Xavier se da cuenta que quiere hacer algo diferente. No encuentra nada que le satisfaga profesionalmente, que le llene y le calme su inquietud. Por eso llega un momento en que decide tomar las riendas, buscar qué le apasiona para dedicarse a ello y todo le conduce a lo mismo:
El chocolate.
La leyenda en su etiqueta es lo que mejor describe su historia: pasión y calidad. La búsqueda de la perfección en lo que hace provoca el espíritu de superación que se hace patente en sus creaciones. Pero es muy posible que pocos hayáis oído hablar de él e incluso que pocos hayáis podido saborear sus chocolates. Por lo menos sabiendo que así lo hacíais y cuando acabéis de leer sabréis porqué. Nosotros, por casualidades de la vida que no vienen a cuento, si habíamos tenido el placer de haber oído su nombre y de haber degustado alguno de sus
bombones.
Sigamos con su historia: Empezando desde cero, solo con la ilusión y la motivación, decide dedicarse al mundo del chocolate: una tarea nada fácil, pero es lo que le gusta. Le asaltaron dudas, como no.
“¿Dónde voy? ¿Con quién contacto? ¿Quien me va a proveer del mejor cacao?”. Me hago esas preguntas y no sabría contestar ninguna de ellas, algo que probablemente me llevaría a desistir. Pero Xavier no se desanimó y empieza a viajar por todo el mundo para encontrar los mejores
Cacaos Criollos para elaborar sus coberturas que servirá para que
pastelerías y restaurantes elaboren sus
postres.
Pero llega la crisis, algunos de sus clientes tienen los medios suficientes y optan por fabricar ellos mismos la cobertura. Esto le obliga a ampliar su cartera de clientes para seguir con su proyecto vivo.
Aunque sigue con su venta para la repostería, incorpora
Hoteles de Categoría superior y varios restaurantes de
alta gastronomía, algunos con
Estrella Michelín. Sigue buscando, en esta ocasión los mejores frutos secos para hacer mixturas, ofreciendo así toda una gama con un formato más “comestible” para el ciudadano de a pie consiguiendo bombones de diferentes tipos con un atractivo envoltorio que en muchos casos recuerdan a medicamentos… quien estuviera bajo un tratamiento así ¿no?
De esta forma, con una clientela no demasiado numerosa pero si muy selecta;
Xavier Mor crea toda una gama de pequeños placeres de los que un 80% es exportado para sus clientes hoteleros, restauradores y alguna aerolínea asiática de lujo.
Hay que reconocer que no era fácil hasta ahora probar sus delicias. Por suerte para todos, este obstáculo ya se ha salvado y si podemos acceder a las
delicias chocolateras de Xavier Mor.
¿Dónde? os estareis preguntando todos mientras vuestras papilas gustativas se excitan por momentos. Quizá alguna podáis encontrarla puntualmente en algún rincón de alguna
tienda de delicatessen, pero donde realmente podéis encontrar la mejor representación es
Vila Viniteca, el establecimiento ya referencia en
Barcelona de productos gourmet de calidad.
No me atrevo a recomendar ninguno en concreto. Habiendo degustado algunos, os los recomiendo todos y me arriesgo a ello con toda la confianza que da saber que un producto es bueno.
Como curiosidad y que no sirva de condicionante, para Xavier pocos momentos hay superables a cuando después de cenar llega el momento de relax y para disfrutar deja deshacer en su boca
una onza de chocolate 73 % de Venezuela… con ese placer despide el día. ¿Nos apuntamos junto a Xavier Mor a esta práctica?