Entrada publicada en 'Perdidos en la Tele'.
'Freak Show', el sobrenombre con el que se bautizó a la cuarta temporada de 'American Horror Story', llegó a su final la semana pasada después de desencantar a una parte de su público (tomando como referencia a los muchos seriéfilos a los que sigo en Twitter). El público ha perdido la paciencia con Ryan Murphy y el universo freak show y le ha ido dando de lado conforme la temporada avanzaba. Y mira que tenía muchas cosas a su favor (no hay nada que dé más miedo que un circo, y si está formado por freaks, más todavía), pero no han sabido sacarle todo el jugo esperado.
A partir de aquí spoilers de toda la temporada.
Tener como protagonistas tantísimos personajes no ha sido una decisión muy acertada (tan pronto aparecían como desaparecían de las tramas). Elsa Mars (a la que, como siempre, ha dado vida magistralmente Jessica Lange) ha sido el epicentro del drama, el alma máter de este circo de seres extraños. La persona responsable de darles a todos un motivo por el que vivir, por el que seguir adelante, aprovechando sus características especiales para sacarles partido y cobrar por ello. Aunque Miss Elsa (como cariñosamente le llamaba Ma Petite) quisiese abandonar Jupiter para llegar a Hollywood y disfrutar de las mieles de la fama. Pero para conseguir su objetivo lo ha dado todo por sus freaks y ellos, dejando claro que son las peores personas del mundo al demostrar que no tienen alma, terminan revelándose contra quien, durante tanto tiempo, les protegió.
Es cierto que en 'Freak Show' ha dado la sensación de que no estaba ocurriendo nada hasta que un personaje era asesinado (una constante en los últimos capítulos de la temporada). Aunque es verdad que desde el principio se dejó claro que ningún freak era imprescindible (como dejó claro la muerte de Meep). Si echamos la vista atrás, ¿cuál es el sentido de presentarnos a un personaje tan aterrador como el Payaso para aprovecharlo tan poco? Porque su trama no tuvo nada que ver con el circo de Elsa. ¿Y si le hubiesen fichado? ¿No hubiese sido un gran atractivo para atraer espectadores? Claro que era un asesino y hubiese sido una decisión muy cuestionable. Desapareció de la historia con Edward Mordrake (interpretado por Wes Bentley) en el especial de Halloween una vez descubrimos su historia. Y le hemos vuelto a ver en la season finale.
Pero no ha sido el Payaso el único al que se le ha sacado poco provecho. Desiree Dupree (ese ser sobrenatural llamado Angela Bassett) ha estado desaprovechadísima hasta los últimos episodios. Su trama como mujer de Dell Toledo (Michael Chiklis) ha sido todo menos interesante (y mucho menos relevante) y menos después de descubrir que él era el padre de Jimmy (Evan Peters) y ex pareja de Ethel (Kathy Bates). Este drama familiar ha sido un coñazo importante. Menos mal que apareció Elsa para darle un poco de interés al asunto. ¿Cómo? Por medio del asesinato, que ha sido lo mejor que le ha sentado a 'Freak Show': matar. Matar se ha dado de lujo en la serie, aunque hayamos sido testigo de muertes a destiempo. Por ejemplo: ¿por qué Gloria (Frances Conroy) murió tan pronto con lo interesantísimo que era como personaje y lo bien que funcionaba junto a Dandy (Finn Wittrock)? Todo lo que ocurría en su mansión fue maravilloso. Aunque hay que admitir que la muerte de Gloria fue un momentazo.
Como no teníamos suficientes personajes apareció, de repente, Barbara (Chrissy Metz). La gorda, sí. ¿Para qué? Pero si hay algo imperdonable en 'Freak Show' ha sido el doble personaje interpretado por Sarah Paulson (visto lo visto ninguno de sus papeles en 'AHS' va a estar a la altura de Lana Winters): Bette y Dot han sido lo peor de la serie. Un (doble) personaje que no ha dicho absolutamente nada y que su única función ha sido servir como objeto de deseo a los ojos de Jimmy, Dandy y Chester (Neil Patrick Harris, otro que llegó a última hora para presentarnos su trauma). Al menos Bette y Dot despertaron en el capítulo final, aunque hubiese sido fascinante verles partidas por la mitad a manos de Chester (que terminó cargándose a Madison, a quien dio vida la también desaprovechada Emma Roberts, cuya muerte provocó uno de los grandes momentos de la serie a manos de Bassett).
Pero no van a ser todo críticas (es más, a mí la temporada sí me ha gustado): el capítulo homenaje a Pepper fue una absoluta maravilla. Tan triste como emotivo. Y nos trajo de vuelta a la hermana Mary Eunice (Lily Rabe). La trama del Museo de los Horrores también ha estado bien, más que nada porque ha sido la que ha prendido la mecha de todos los asesinatos de los freaks (culminando con la creación del "freak mezclado" utilizando el cuerpo de Spalding). Y Ma Petite e Eve, dos secundarias que han estado siempre ahí y que han sido de lo más interesantes (aunque de Eve poco hemos sabido y su transformación final en contra de Elsa ha sido cuantos menos, decepcionante).
Al final han terminado muriendo todos los freaks excepto Desiree, Jimmy y Bette/Dot, que se despiden del circo ahogando a Dandy en el tanque de Houdini. "Los freaks heredarán la Tierra". Elsa consigue hacer realidad su sueño, aunque se convierte en una tirana infeliz cuyo final se escribe la noche de Halloween de 1960 con la reaparición de Mordrake. "Tu lugar no está con nosotros". El destino de Miss Mars es diferente al habitual, pues le manda a una especie de limbo a convivir junto a todos sus freaks. En paz. "Las estrellas nunca pagan". Elsa vuelve a casa.