Cuando en el año 1971 empecé a trabajar en la empresa internacional en la que pertenecí durante 31 años (hasta su cierre) los máximos responsables de la misma eran dos personas, el Sr.Shantu Rupani, gerente y la encargada de las relaciones comerciales y administrativas.
Aún recuerdo los nombres de los altos directivos de los productos que distribuíamos: Shuishiro Nishikawa, Tojuri Yamamura y Seijiro Kanaya.....cuantas veces veía sus caras, dia tras dia, en la foto que colgaba del despacho que compartía con el Sr.Shantu y mi compañera Pili.
Desde entonces tenía muy claro lo que quería, cuales eran mis aspiraciones: ser la jefa.
Con el paso de los años la empresa fue creciendo y yo con ella, no sólo a nivel profesional sino lógicamente a nivel humano, mi forma de ser, ésa energía, valor y coraje para asumir responsabilidades, el gran sentido del deber, la capacidad de trabajo y mi afán por aprender, dió su fruto: ser la máxima responsable dependiendo única y exclusivamente del dueño, con una sola meta cumplir año tras años los objetivos que me encomendaba y marcaba mi jefe
Fueron muchísimas las personas que pasaron por la empresa, no exagero cuando digo cientos: comerciales, administrativos, profesionales del gremio..., mis cometidos además de tratar con clientes, “luchar” con los proveedores, atender a distribuidores y comerciales, controlar delegaciones, dirigir la administración...era muy duro y estresante pero a la vez, un trabajo enriquecedor. Por todo ello solía rodearme de un equipo de personas a las que siempre intentaba promocionar haciendo que participaran, se ilusionaran, que creyeran como yo en el trabajo, atendiendo al potencial de cada uno de ellos y las necesidades de la empresa, les motivaba personal, profesional y económicamente, trabajaban codo a codo conmigo; quizás una de las satisfacciones personales es que muchas personas pudieron aprender y trabajar en una gran empresa, a la que yo consideraba como mia.
Aunque dirigir personas fue para mi una enriquecedora y provechosa experiencia, guardo magníficos recuerdos, grandes experiencias en todos los niveles, he de reconocer que no siempre fue grato, no llegué a aprender que un buen directivo aunque no trabaje solo, es que debe estar sólo.
El tiempo ayuda a perder el contacto con las personas, tomar caminos distintos, independientemente de descubrir que la amistad está reñida con la palabra:jefa, quedaron buenos y grandes amigos, entre ellos el único, el más especial, el mejor amigo de mi vida: mi marido.
A algunos de mis antiguos compañeros, colaboradores los he vuelto a encontrar, a través de la red no hace mucho y con la agradable sorpresa de que es un “cocinitas” a nuestro amigo Paco, quien se ha decidido a abrir su cocina al mundo bloguero gastronómico con un estupendo blog, "La cocina de Oliva", otro blog malagueño a tener en cuenta, con recetas de toda la vida, con productos de su huerta, la influencia de sus antepasados y seguramente con platos muy marineros, como éste que he preparado: Unos espaghettis al nero de sepia con zarzuela de mariscos.
Para dos raciones, necesité:
Medio kilo de mejillones, un cuarto de almejas de Málaga, cuarto y mitad de gambas frescas malagueñas, un trozo de rape cortado en trocitos, un calamar medianito, media cebolla blanca, dos dientes de ajo, un tomate, una cucharadita de pimentón, medio vaso de vino blanco, sal y los espaghettis y por supuesto aceite de oliva malagueño.
¿Como lo hice?
Pelar las gambas, reservar la carne y cocer en un cazo con agua y un poco de sal, las cabezas y la piel, espumereándola.
Colar y en ése caldo cocer el calamar cortado en rodajas, una media hora aproximadamente (o hasta que esté tierno), sacándolos una vez cocido y reservándolos.
reservar el caldo una vez terminada la cocción del calamar.
En una sartén pochar en aceite de oliva virgen extra (estoy usando en estos momentos aceite de Riogordo, malagueño) media cebolla y dos dientes de ajos muy picaditos, sin que se llegue a dorar.
Agregar un tomate rallado y una vez frito echar en la sartén, una cucharadita pequeña de pimentón (uso de La Vera), las almejas (que habremos tenido sumergidas en agua con sal una hora aproximadamente a fin de que suelten la posible tierra que puedan traer en su interior, los mejillones una vez bien limpios, los calamares, medio vaso de vino blanco (uso un fino de Montilla-Moriles) y dos vasos del caldo.
Llevar a ebullición y dejar cocer durante quince o veinte minutos.
Mientras enharinar unos trozos de rape y freirlos en abundante aceite, escurrirlos en papel de cocina y agregarlos a la sartén, al mismo tiempo que las gambas y los calamares.
Dejar cocer hasta que reduzca el liquido al gusto. Probar de sal.
Mientras cocer los espaghettis “al nero de sepia” siguiendo las instrucciones del fabricante, escurrir y emplatar.
Colocar los mariscos encima de los espaghettis y salsear al gusto.
¡¡ Buen provecho y buen fin de semana !! Y recordarle que si desean visite: http://lacocinadeoliva.blogspot.com