Zero Dark Thirty o La Noche más oscura.
Una de las actrices que quizá más me ha sorprendido recientemente, ha sido Jessica Chastain. Esta pelirroja, a la que vimos cogida del brazo de Brad Pitt y Sean Penn en Cannes, y nadie sabía quién era, ha llegado para quedarse y no moverse de su reinado.
Demostrando un dominio poderoso y absoluto de su personaje, la agente Maya, en La Noche más oscura, no deja indiferente al espectador y soporta todo el peso de la película.
La Noche más Oscura es sublime, no hay otro adjetivo para definir el trabajo de Kathryn Bigelow, la directora, que, nuevamente nos narra operaciones militares con extremo realismo, acción intensa y una forma muy personal de hacer cine. Como ya hiciera en En tierra hostil, Bigelow vuelve a sorprendernos y nos adentra en la operación en la que se capturó y abatió al enemigo número 1 de EEUU, Osama Bin Laden.
La película no está alejada de la polémica y de hecho se han escuchado rumores de todo tipo, desde que el presidente Obama quería prohibirla hasta que la CIA quería intervenir en el estreno de la misma y manipular algunas partes un tanto "comprometidas".
Sin embargo, para mi gusto, la película huye de ser una exaltación heroica de las fuerzas especiales americanas y del sentimiento patriota de EEUU, tratando esencialmente de los entresijos de la investigación durante más de 10 años llevada a cabo por un pequeño grupo secreto de agentes y gracias a la inteligencia y perspicacia de la agente Maya, que no duda ni un segundo acerca del paradero del terrorista y su séquito.
Lo más destacable sin duda, la dirección de Bigelow, Jessica Chastain y la última media hora de metraje, intensamente real.