Revista Cocina

Alentejo en Portugal: tiempo para ser feliz

Por Orlando

Escapada en pareja
El Alentejo es sinónimo de refúgio para dos

Alentejo en Portugal: tiempo para ser feliz

Despiértese en un monte (cortijo típico) del Alentejo, en un hotel o en un parador. Rodeado por un paisaje bucólico, con la garantía de que dispondrá de cuanto necesite.

Aquí, el patrimonio natural se aúna con el diseño y la modernidad en infinitas ofertas para vivirlas y saborearlas con calma, minuto a minuto. Como no hay prisa, por la mañana o al final de la tarde se pueden dar paseos a caballo o en calesa.

Si le apetece respirar el aire puro de la sierra, vaya a Marvão. Esta ciudad-fortaleza amurallada, también conocida como el Nido de las Águilas, data del siglo IX y se encuentra a 862 sobre el nivel del mar en pleno Parque Natural de la Sierra de São Mamede, donde podrá disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, entre senderos de pinos y olivos.

Y como no solo de paisajes que dejan sin aliento vive el Alentejo, la Bodega Mayor, cerca de Campo Maior y de autoría del célebre arquitecto Siza Vieira (galardonado con el premio Pritzker en 1992), es una de las paradas obligatorias. Aquí podrá visitar las instalaciones y degustar los mejores vinos de la región.

Otra sugerencia cultural que no debe perderse es el Museo de Arte Contemporáneo de Elvas. Un recorrido por el arte portugués contemporáneo desde los años ochenta hasta nuestros días, con exposiciones de pintura, fotografía, escultura e instalaciones que siempre sorprenden.

No muy lejos, vale la pena dar un paseo en barco por el lago Alqueva. Pero si prefiere disfrutar del amor más cerca del cielo, elija un paseo en globo sobre la inmensa llanura del Alentejo y disfrute de un silencio absoluto. Vuelva a tierra y haga una parada en Serpa para conocer el singular conjunto arquitectónico formado por el castillo, las murallas y el acueducto, clasificado como Monumento Nacional.

Continúe hasta Mértola, disfrute de su playa fluvial y visite las impresionantes minas de São Domingos. Avanzando hacia aguas más saladas, no deje de disfrutar de las vistas y los aromas de las jaras del Pico do Mú, en plena Sierra de Caldeirão, cerca de Almodôvar.

En el litoral, deléitese con las cataplanas y calderetas. En el Alentejo, lugar de sabores que dejan huella y nos hacen volver, las rutas gastronómicas son cada vez más numerosas. Cene cerca del mar, saboreando un pescado fresquísimo regado con un vino blanco, o pruebe la fusión de los sabores tradicionales con una cocina de autor cada vez más sofisticada.

Con la mochila a la espalda
El Alentejo es sinónmo de Aventura

Alentejo en Portugal: tiempo para ser feliz

En este lugar de llanuras, cruzado por arroyos, mar y campos que nos llenan el espíritu de viajes y experiencias, tanto acampar como alojarse en uno de los montes (cortijos típicos) encalados, junto a la llanura, en las sierras o cerca del mar, son buenas maneras de vivir plenamente el auténtico Alentejo.

Aquí se pueden explorar campos de violetas, observar aves únicas y descubrir paisajes que permanecen en la memoria, en plena llanura, en la cima de un acantilado, en una dehesa o junto al mar.

A medio camino entre la sierra y el mar, entre lagunas, ríos y campos que se pierden en el horizonte, coja los prismáticos por la mañana y contemple otro Alentejo: una región perfecta para la observación de aves durante todo el año, en los valles y estuarios de los ríos.  Castro Verde, Mértola, Barrancos, Mourão y las lagunas de Santo André, de Sancha y de Caia son lugares destacados para observar aves.

En octubre, no muy lejos, en Marvão, no se pierda el Festival Al Mossassa, que celebra la fundación de la villa y donde se puede encontrar un mercado árabe, artesanía, gastronomía, música y teatro. Si quiere disfrutar de la naturaleza, adéntrese en las sierras, entre montes, valles y arroyos, haciendo las rutas de senderismo o dando paseos en bicicleta de montaña.

Con 1025 metros de altitud, el Parque de São Mamede es el punto más elevado del Alentejo. Recorra sus más de 56.000 hectáreas de extensión haciendo las cinco rutas de senderismo señalizadas.

Los embalses circundantes de Caia, Montargil, Maranhão y Divor son otra forma perfecta de explorar la naturaleza y practicar deportes como el esquí acuático, el remo, la vela, el piragüismo o simplemente nadar.

En Cabeço de Vide, cambie el agua por el aire y vuele en globo hasta Évora. Si esto no fuera suficiente, en el aeródromo de Évora puede saltar en paracaídas a 3000 pies de altura sobre la ciudad. Si no le gusta volar, pase por Elvas y disfrute de un buen rato cultural en el Museo de Arte Contemporáneo, donde se expone parte del acervo de la colección António Cachola, integrada por más de trescientas obras del arte contemporáneo portugués.

Al llegar al lago Alqueva, continúe hasta Barrancos y visite allí el Parque de Naturaleza de Noudar.

Al atardecer, cuando el cielo se cubra de colores cálidos, contemple la puesta de sol o pruebe a hacer parapente o ala delta descendiendo desde lo alto de los acantilados del litoral o de las montañas del interior.

Para quienes sean aficionados a ver atardecer en la playa, desde Zambujeira do Mar hasta Tróia existen muchas playas por descubrir. A principios de agosto, el Festival del Suroeste de Zambujeira do Mar, y el Festival de Músicas del Mundo de Sines, a finales de julio, hacen las delicias de los melómanos que no renuncian a un verano de playa. Para los amantes de las olas, la playa de São Torpes es perfecta para hacer surf.

Vacaciones en familia
El Alentejo es sinónimo de família

Alentejo en Portugal: tiempo para ser feliz

Déles el gusto a los más pequeños comenzando su estancia en el Alentejo con un viaje por el Estuario del Sado. Ver de cerca a la comunidad de simpáticos delfines mulares que viven en este estuario sin duda hará las delicias de los más jóvenes.

Para continuar esta celebración de la biodiversidad, haga su próxima parada en Monte Selvagem, que se encuentra a un paso, en Montemor-o-Novo. En Mora, visite el Acuario Fluvial (Fluviário de Mora), el primer gran acuario de agua dulce de Europa. Justo al lado, en el embalse de Maranhão, además de la playa fluvial hay una escuela de esquí acuático, piscinas, camping, área de servicio para caravanas y apartamentos para alquilar.

Desde aquí, explore otros caminos del agua. El Centro Ecoturístico de Ribeira Grande, en Fronteira, también cuenta con una pequeña playa fluvial, piscinas, ruta a pie y un secreto bien guardado que les encantará a los más pequeños: un observatorio astronómico equipado con la última tecnología para hacer fotografías del cielo.

Para pasar un día más cultural, asista a las clases de equitación, a los espectáculos de cetrería y a las distintas exposiciones temáticas de la Yeguada de Alter, fundada durante el reinado de Juan V.

Haga a continuación un recorrido por la Historia visitando el Museo de la Tapicería de Portalegre.

Si los niños insisten en darse un segundo baño, por el camino encontrará las playas fluviales de Quinta do Alamal, situada en pleno Tajo y perfecta por la calidad de sus aguas y las zonas verdes circundantes; así como el Centro de ocio de Portagem, en Marvão, a la orilla de la piscina natural del río Sever, para darse un baño más refrescante.

En Arronches, no deje de visitar el Museo del Juguete (A Brincar), que alberga una enorme colección de juguetes en su castillo.

También es de visita obligada para toda la familia el Palacio Ducal de Vila Viçosa, uno de los palacios más famosos e imponentes del Alentejo.

En la ciudad Patrimonio de la Humanidad, no deje de pasar por el Museo de Évora, donde se ofrecen programas infantiles.  Mientras tanto, el Kartódromo de Évora, con experiencias más extremas, puede ser visitado por el resto de la familia.

Si su idea es quedarse unos días, no muy lejos de allí, en el Puerto Deportivo de Amieira, en el embalse del lago Alqueva de Portel, podrá alquilar un barco-casa y vivir una experiencia única. La extensa lista de deportes náuticos también asegura diversión para todas las edades. No se pierda las visitas de educación ambiental.

Al Sur, se recomienda visitar el Insectozoo, un pequeño museo ubicado en Vila Ruiva (Cuba); el Parque de Naturaleza de Noudar, a 8 km de Barrancos; el Centro de Educación Ambiental de Vale Gonçalinho, en Castro Verde; la Ecoteca Fluvial Saramugo; y los Centros de Ciencia Viva de Estremoz y Lousal.

Cuando llegue a las playas del Alentejo, muchas de ellas con bandera azul y perfectas para el descanso de toda la familia, pase por Vila Nova de Milfontes. Durante los meses de verano, aproveche la oportunidad de hacer un viaje familiar en el tren turístico desde el centro histórico del pueblo hasta la playa. ¡Diversión asegurada para adultos y niños!

Séniors activos
El Alentejo es sinónimo de tradición

Alentejo en Portugal: tiempo para ser feliz

Entre los lugares que hacen del Alentejo sinónimo de historia y tradición se encuentra Castelo de Vide, localidad conocida como la “Sintra del Alentejo”. Inicie su viaje en el tiempo, con tiempo. Contemple su arquitectura, admire las fincas del siglo XVIII y los jardines, los portales góticos, las iglesias y la judería.

No muy lejos, no deje de visitar el Museo de la Tapicería de Portalegre, dedicado a su fundador, el artista Guy Fino, y con una colección que incluye obras de artistas como Almada Negreiros, Maria Keil, Júlio Pomar y Vieira da Silva. Haga la ruta por las riberas del Tajo, recorra a pie el paso de madera que está junto al río, entre la playa fluvial de Alamal y el puente de Belver, con el castillo como telón de fondo.

Disfrute de la gastronomía de Portalegre, especialmente de sus embutidos. Y si es aficionado a la pesca, vaya un poco más allá hasta Ponte de Sor, el embalse de Maranhão o el de Montargil. Si prefiere la caza, no deje de hacer una parada en Sousel.

Baje y pare en Elvas para comer una tarta sericaia. Justo al lado, en Estremoz, ciudad de vestigios barrocos, comienza la Ruta del Mármol. A partir de aquí se pueden visitar palacios e iglesias, fincas y casas modestas e incluso tabernas y calzadas revestidas de mármol.

A continuación, vaya a Borba, que también forma parte de la Ruta del Mármol, y no olvide que esta es una tierra de buenos vinos y, por lo tanto, un lugar de parada obligatoria en la Ruta de los Vinos del Alentejo. En Vila Viçosa, fíjese en los trabajos de mármol de las fachadas de las iglesias y, por supuesto, en el suntuoso Palacio Ducal, en el Convento de los Agustinos y en el Convento de las Llagas.

No muy lejos de allí, las alfombras de Arraiolos para los amantes de la artesanía, o la Ruta de Naturaleza de Cabrela y Monfurado, en Montemor-o-Novo, para los amantes de la naturaleza, son buenas sugerencias.

No deje de hacer una parada en Évora, una ciudad de innumerables historias y con mucho que ver.  Deguste en O Redondo sus excelentes vinos y continúe su recorrido por los municipios de Granja/Amareleja, Moura, Reguengos de Monsaraz y Vidigueira, que también forman parte de la Ruta de los Vinos.

Continúe la Ruta del Fresco por Viana do Alentejo, Alvito y Cuba. Un viaje del siglo XV al siglo XIX a través de los murales pintados en capillas, ermitas e iglesias. Desvíese hacia Beja y conozca a la “Reina de la Llanura” y su impresionante patrimonio. Durante este trayecto, conozca a los grupos corales del cante del Alentejo y sus modas (canciones típicas) que cantan a la melancolía, la soledad, el amor o las labores del campo.

A unos pocos kilómetros en dirección al mar, hay un campo de golf de 18 hoyos situado entre el Océano Atlántico y el Estuario del Sado esperándole en el Tróia Resort.

Si prefiere un plan más relajado, disfrute del “Galeão do Sal”, la embarcación tradicional del río Sado, a bordo de la cual podrá dar un paseo deslumbrante por la Reserva Natural del Estuario del Sado hasta el bello muelle palafítico de Carrasqueira, durante el cual podrá ver delfines y conocer el patrimonio, que incluye vestigios romanos y fenicios.

Más información en: Visita Alentejo

 


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