Esta vez os traemos un capricho tanto para el verano como para el invierno, una tarta muy "sana" la cual, a diferencia de la mayoría de las tartas o bizcochos no contiene ningún ingrediente graso. Su nombre proviene de la textura airosa y ligera que posee. Es una verdadera comida de ángeles.
Para los que no habéis probado esta delicia os animamos a que lo preparéis, ya que con el primer bocado descubriréis no solo una textura diferente si no también un sabor muy ligero y especial.
Para realizarla lo ideal es utilizar el molde que venden específico para Angel Food Cake, ya que tiene la forma característica así como unas "patitas" que ayudarán a enfriar el bizcocho boca abajo.
Esperemos os guste nuestra aportación de la semana.
Ingredientes:
- 12 claras de huevo a temperatura ambiente
- 1 taza (125g) de harina de repostería tamizada
- 1 1/4 taza (280g) de azúcar
- 1 1/2 cucharadita de cremor tártaro (cream of tartar)
- 1 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
- 1/2 cucharadita de extracto de ron (u otro, al gusto)
- 1/4 cucharadita de sal
Procedimiento:
- Precalentamos el horno a 175ºC o 350ºF.
- Batimos las claras junto con la sal y el cremor tártaro a velocidad media hasta que monten a punto de nieve.
- Subimos la velocidad de la batidora y vamos agregando el azúcar poco a poco hasta incorporarla por completo.
- Dejamos la batidora de lado e incorporamos cuidadosamente la harina y las esencias con la ayuda de una espátula de silicona, haciendo movimientos envolventes. Siempre poco a poco y sin batir en exceso.
- Vertemos la mezcla en el molde de angel food cake sin engrasar y extendemos bien con la espátula.
- Arrastramos suavemente un cuchillo sin punta por toda la mezcla para eliminar bolsas de aire que hayan podido quedar.
- Horneamos durante unos 45 minutos.
- Sacamos del horno e inmediatamente dejamos enfriar boca abajo.
- Una vez completamente frío, desmoldamos el bizcocho con la ayuda de un cuchillo.