Hoy os voy a dar una buena noticia: por fin continuamos con la sección de Belleza Natural que se había iniciado hace tiempo, gracias a que contamos con una nueva colaboradora de Eva Muerde La Manzana. Este es un tema que me apasiona, pues siempre me ha encantado todo lo relacionado con la cosmética; de hecho incluso tengo formación en el mundo del maquillaje profesional. Lamentablemente, mi falta de tiempo no me ha permitido desarrollar este tema como me hubiese gustado, así que para mí es una gran alegría poder contar con mi amiga Sel, seguidora del blog prácticamente desde sus inicios y gran conocedora del mundo de la belleza natural.
Mis propias rutinas de belleza se han simplificado muchísimo desde que he adoptado este estilo de vida, y el método que hoy os traemos lo llevo utilizando desde hace unos años, y junto con los cambios en la alimentación, es lo mejor que he podido hacer por mi piel. A partir de los 20 años he padecido acné adulto y había probado de todo para librarme de este molesto y embarazoso problema. Con la alimentación mejoró un poco, pero el cambio brutal para mí fue dejar todas esas cremas y potingues que utilizaba para tratar este tema y pasarme, entre otras cosas, al “oil cleansing method”. Ahora apenas me sale algún granito pequeño alrededor de mi época de menstruación. ¡Os animo a todas a probarlo!
“Oil Cleansing Method” o su traducción a nuestro idioma “Método de Limpieza Facial con Aceite”, es una alternativa a los limpiadores faciales convencionales. Soy consciente que suena bastante raro lavarse la cara con aceite, esa sustancia pringosa que echamos en nuestra ensalada, que mancha nuestras manos y ropa y que necesitamos lavar inmediatamente con jabón. Asimismo durante años fuimos bombardeados con mensajes publicitarios y con consejos de revistas femeninas: la grasa en la cara y en el cuerpo es mala, la producción de grasa en la superficie de nuestra piel es la responsable de la obstrucción de nuestros poros y con la aparición de las imperfecciones, puntos negros y granitos. Pues bien, permitidme explicaros cómo actúan dichos jabones.
Como indica su nombre es un jabón/limpiador. Trata nuestra piel como si fuera una sartén sucia y pegajosa. La fórmula desinfecta y arranca toda la grasa natural de nuestra delicada piel cual wáter infeccioso. Nuestro órgano más grande, queda seco y tirante, y al rato trata de compensar ese hecho produciendo más grasa. Limpiar, tonificar e hidratar. Hemos escuchado ese mantra día y noche, año tras año. La pescadilla que se muerde la cola. Otra vez víctimas del marketing de las grandes compañías, igual que con la alimentación.
Si se hace una búsqueda rápida de los ingredientes de un limpiador sale lo siguiente: SALICYLIC ACID, WATER, SODIUM LAURETH SULFATE, DECYL GLUCOSIDE, GLYCERIN, COCO-BETAINE, MENTHA PIPERITA (PEPPERMINT) LEAF EXTRACT, PEG-150 PENTAERYTHRITYL TETRASTEARATE, ZINC GLUCONATE, SODIUM CHLORIDE, SODIUMHYDROXIDE, CAPRYLOYL SALICYLIC ACID, TETRASODIUM EDTA, CITRIC ACID, PENTASODIUM ETHYLENEDIAMINE TETRAMETHYLENE PHOSOPHONATE, MENTHOL, POLYQUATERNIUM-47, FRAGRANCE.
No tengo grandes conocimientos, por no decir ninguno, en química pero algo que contenga números como, Peg-150 Pentaerythrityl Tetrastearate o Polyquaternium-47, lo cierto es que no me suena a nada saludable o natural. Además la limpieza de la cara, ese acto tan sencillo y rutinario, ¿necesita tantos recursos y una lista tan extensa de ingredientes? Tiene que haber algo más fácil y más sencillo ¿no? Y lo hay. Está en nuestras cocinas, se llama aceite.
Antes de proseguir, conviene advertir sobre ciertos productos “naturales”. No os fieis de los eslóganes baratos y leed siempre bien las etiquetas. Dichos productos contienen ingredientes innecesarios, como el alcohol (altamente irritante), la goma xantana (se encuentra a menudo en la comida también y puede ser problemático para algunas personas con piel sensible, que es mi caso), la glicerina (por ejemplo en los jabones, casi siempre de origen sintético, es secante) o algunas fragancias (irritante). El mentol en el caso de este limpiador nos daría falsa sensación de limpieza por la frescura que pudiera aportar, pero ¿a que no le echaríamos mentol a una herida? Pues eso.
La idea básica de este método es que el aceite disuelve el aceite. Y si tenemos en cuenta que nuestra piel produce grasa para lubricarse, no parece tan descabellado. Si comemos aceites saludables para mantener nuestra salud, ¿por qué no echárnoslo en la piel?
El aceite de ricino (castor oil), tiene una larga tradición en el tratamiento de heridas y medicina holística, incluso en la tradición ayurvédica. Es anti-inflamatorio, astringente y un aceite muy potente. Arranca las impurezas y es ideal para las pieles grasas y mixtas. También para otro tipo de pieles, pero en menor cantidad. Mucha gente evita este aceite por el uso agrícola de pesticidas en el desarrollo de la planta, aunque el producto final no sea tóxico. Un buen sustituto es el aceite de avellana (hazelnut oil). En cualquier caso, procurad que vuestros aceites sean orgánicos, puros y prensados en frío. Empezad con las siguientes proporciones, pero no olvidéis probar diferentes mezclas y cantidades, esto es una pequeña guía para novatos:
- Piel grasa: 1/3 parte aceite de ricino (o en su caso avellana) y 2/3 partes aceite de oliva/girasol/otros
- Piel mixta: 1/4 parte aceite de ricino y 3/4 partes de aceite de oliva/girasol/otros
- Piel seca: cualquier de los aceites mencionados más abajo y una cantidad muy pequeña de aceite de ricino.
Un gráfico con los aceites más utilizados según el tipo de piel. Es orientativo.
Así limpio mi cara con aceite:
- Tras elegir el mejor aceite según nuestro tipo de piel, aplicar una generosa porción entre las manos y masajear 1-2 minutos. Incluso podemos dejar el aceite en nuestra cara unos 10 minutos si tenemos tiempo y ganas, sin necesidad de humedecerla antes. Yo suelo variar según mis necesidades y en función de lo que tenga en casa. En verano me gusta aplicarme aceite de nuez de macadamia porque es muy nutritivo y ayuda a la recuperación de mi piel después de un día de playa. En invierno utilizo jojoba porque en esta época suelo tener la piel algo más seca y es un aceite muy denso. Los días que tengo la piel más irritada por los granitos, suelo aplicarme aceite de coco, por su propiedad antibacteriana. Muchos blogs recomiendan empezar con una mezcla de aceite de ricino y aceite de oliva pero en mi experiencia, la clave es dar con los aceites adecuados. Si decidimos utilizar alguna mezcla de aceites, se puede adquirir un bote de cristal oscuro para almacenarlo y tenerlo listo para usar. Aquí también podemos ponernos creativos y añadir algunas gotas de aceite de lavanda, aceite de árbol del té o aceite de semillas de zanahoria. No obstante, tened cuidado con el aceite de coco, puede ser comedogénico para algunas pieles.
- Masajear un rato la piel con los dedos. Poned música, desconectad de las obligaciones diarias y meditad. Pero como vivimos en un mundo habitado por más personas, si es preciso, también podéis hacerlo mientras habláis con vuestra madre/amiga/novio/hermano o disfrutáis de vuestra serie preferida. Hay que concentrarse en las zonas problemáticas (en mi caso la mandíbula) y cuando vuestros poros estén saturados de aceite, es hora de retirar el exceso. También este método es un excelente desmaquillador. Es un tres en uno: limpiador, desmaquillador e hidratante. Muchas personas utilizan el aceite de aguacate para quitarse el rimmel con un algodón, pero realmente funciona con cualquier aceite.
- Retirar el aceite con una toalla húmeda. Dejar que el agua muy caliente, pero no ardiendo, empape la toalla unos segundos y luego escurrir. Recordar que si está demasiado caliente para vuestras manos, también lo estará para vuestra cara. Dejar unos segundos la toalla sobre la cara, hasta que se enfríe y esté a temperatura ambiente, de manera que se abran bien los poros, como si estuviéramos en un salón de belleza. Repetir dos o tres veces el procedimiento. Al final debe haber una fina capa de aceite en nuestra cara para proteger y equilibrar. Pequeño truco: comprad varias toallas de tamaño muy reducido, utilizadlas sólo una vez y echadlas a lavar.
- Normalmente se recomienda limpiar nuestra cara antes de dormir. Pero en un principio se puede hacer por las mañanas, antes de ducharse, después de ducharse, incluso antes de maquillarse, porque no deja la piel grasienta. Después de lavarnos la cara, podemos aplicar algunas gotas de un aceite más potente para un extra de cuidado. Yo tengo la piel problemática por lo que aprovecho para aplicarme el aceite de tamanu. Los que tengan la piel madura pueden echarse unas gotas de aceite de rosa mosqueta. O un poco de Beauty Balm de Green Pasture. Nuestra imaginación pone el límite. Y en cuanto a la frecuencia, se puede hacer todos los días pero realmente no es necesario. Muchos días, pasarse la toalla caliente por la cara es más que suficiente.
ADVERTENCIA. Puede que necesitéis un período de ajuste (una o dos semanas). No os asustéis si vuestra piel empeora un poquito. Probad diferentes aceites o diferentes proporciones. En mi caso no fue necesario. Sed tenaces, tendréis vuestra recompensa.
BONUS. ¿Sabías que el aceite de ricino ayuda al crecimiento de las pestañas?
Todo son beneficios
Y vosotros ¿cómo os limpiáis la cara? ¿Estáis familiarizados con este método? ¿Cuáles han sido vuestras experiencias? Me encantaría que compartierais vuestros secretos con nuestra pequeña comunidad aquí en Eva Muerde La Manzana.
FUENTES:
http://www.theoilcleansingmethod.com/
http://realfoodliz.com/cleansing-redefined/
http://wellnessmama.com/7569/skin-oil-cleansing/
http://www.acne.org/
http://www.crunchybetty.com/nitty-gritty-on-the-oil-cleansing-method
Acerca de la autora:
Mi nombre es Selime y soy de Bulgaria, un pequeño país del este de Europa. Encontré el blog de Edurne por casualidad y me enamoré de sus contenido y filosofía desde el primer día. Poco a poco forjamos una bonita amistad que tiene en común un enorme afecto por la comida, la vida natural, la fotografía y el sentido del humor.
Con mi introducción al mundo paleo, me conciencié poco a poco sobre los tóxicos que no sólo están en nuestra comida, sino en casi todo lo que nos rodea, por lo que dejar de utilizar los cosméticos convencionales era un paso lógico y necesario. No quiero sonar alarmista, y aunque me demuestren que todos los ingredientes en una crema son sanos, la sencillez y el alcance de los ingredientes naturales es insuperable. ¿Acaso hay algo más sencillo que el aceite, la miel, la arcilla, el vinagre? Además de poder utilizarse en la cocina, son productos muy versátiles que sirven para mejorar la calidad de nuestra piel. Mi filosofía es no poner nada sobre mi piel que no pondría en mi boca. En la sencillez está la máxima sofisticación.