Levantarse un sábado de abril, rodeado de buena gente, y sabiendo que nos esperaba comer en Borja, es siempre un enorme aliciente ; me dejé engañar, ya que había comentado que me gustaría visitar Borsao , y mis argonautas se las ingeniaron para llegar un poco antes a la capital de la DO Campo de Borja ; una enorme sonrisa se dibujó en mi cara al ver que, en esta ocasión , si pillaba la bodega abierta ; al entrar, el fresco de la bodega se mostraba en linea recta , y a mano izquierda se veía la tienda ; tras nosotros , otra pareja de jubilados nos pisaba los talones ; en el mostrador, una puber morena mascaba chicle mientras ojeaba su movil ; a la pregunta de si se podía visitar la bodega, nos comentó que ya no había visita guiada y que iban a cerrar en 10 minutos ( era la una del mediodia) ; los jubilados entendieron como nosotros que no iba a poder ser, aunque no seguimos sus pasos fuera de la bodega, sino que nos colamos en la tienda, ya que estábamos allí ; me hice con este Bolé y un Tres Picos que tendrá también su lugar en el blog .





