Revista Cocina
Esta es de esas recetas que en cuanto la ves tienes que hacerla, y eso me paso a mí. La vi en el blog Kanela y Limón, me imagino que lo conoceréis, estupendo en todos los sentidos.
Estos bollitos quedan de un color naranja precioso, muy ricos, sabrosos y muy tiernos. Lo ideal es comerlos en el día, ya que al ser masas con bastante levadura, al día siguiente pierden esponjosidad, aunque siguen estando muy ricos. La próxima vez que los haga, reduciré la cantidad de levadura, quizás hasta utilice masa madre, esta última les hará ganar aún más en sabor y tiempo de conservación. Aunque tampoco lo considero un problema importante, porque no creo que os duren más de un día.
Desde luego son perfectos para meriendas y desayunos, acompañados de un tazón de leche o un chocolate caliente, además si los rellenamos de mermelada y queso o mantequilla, o de chocolate, no van a faltar bollitos porque se comen en un santiamen, sin rellenar también son ideales, ya que tienen su punto dulce aportado por la leche condensada.
INGREDIENTES:
200 g de leche condensada
40 g de mantequilla pomada
60 ml de leche tibia
25 g de levadura fresca
250 g de puré de calabaza asada triturada (Cristina la pone cocida y triturada)
Una cucharadita de sal
550 g de harina de fuerza
1 huevo batido
PREPARACIÓN:
Disolver la levadura en la leche, colocar todos los ingredientes en la cubeta de la panificadora en el orden anterior, si no tenéis amasar a mano. Seleccionar el programa que solo amasa, dura 15 minutos, sacar la masa y poner en un cuenco untado con aceite, tapar con un paño húmedo y dejar hasta que doble su tamaño.
Dividir la masa en bollitos de unos 40 g, engrasar una bandeja cuadrada de horno, yo he utilizado spray Dubor para engrasar el molde, el cual os recomiendo porque va genial, desde que lo probé lo uso para todos mis bizcochos, colocamos los bollitos dejando un poco de espacio entre ellos y dejamos que doblen su tamaño tapados con un paño.
He aprovechado para hacer estos bollitos que en su interior llevan Nutella, un vicio, ricos ricos.
Cuando han doblado su volumen, los pintamos con huevo batido y metemos al horno precalentado a 180º hasta que estén doraditos, unos 30 minutos.
Dejamos enfriar y disfrutamos de estos delicados bocaditos.
BUENA SEMANA