Revista Cine
Desde que se estrenara El Escritor y me dedicara a repasar la filmografía e un Polanski que desconocía más allá de sus películas más comerciales (Oliver Twist y el Pianista), que sigo los pasos del pequeño director polaco. A día de hoy y a falta de buenas ideas, ver a alguien capaz de llevar a la pantalla con bastante maestría adaptaciones con un toque inquietante en cada una de sus películas siempre se agradece. Por tanto es lógico, que ante Carnage, una adaptación de una obra de teatro del mismo título, mi expectación fuera alta, muy alta, y más aun viendo el reparto. Como siempre las expectativas juegan una mala pasada.
Carnage o Un Dios Salvaje como se ha llamado en España nos cuenta una historia a tiempo real, la reunión de dos matrimonios en casa de unos para discutir sobre una pelea de sus respectivos hijos. Uno de los niños pegó al otro en una discusión en un parque de Brooklyn después de que este le impidiera entrar en su grupillo.
Como adelantaba más arriba Carnage está basada en una obra de Yasmina Reza, dramaturga francesa, quien con la colaboración de Polanski también es la encargada de hacer la adaptación para la gran pantalla. La premisa es muy sencilla, y quizás por eso resulta tan poderosa. Una crítica a la sociedad americana y su hipocresía, aunque se puede traspasar a cualquier sociedad media-alta, acomodada que se dedica a aparentar y a competir con las demás familias a ver quién es la más responsable, la más perfecta y la más idílica. Pero no existe la familia perfecta. Mediante una simple conversación primero convencional, donde todos ellos quieren parecer “adultos responsables y con una moral de clase media-alta”. Poco a poco se irán quitando las máscaras y mostrarán su verdadera cara, dejando la moral en el cajón de la mesilla de noche.
El film es arriesgado, Polanski se atreve a plantear la película como la obra de teatro, una historia a tiempo real que no a respiro y que siempre va increscendo. Un film que supongo igual que su obra de teatro homónima tiene los tempos muy marcados, milimétricos, pero que ha encontrado la fórmula perfecta, aunque por momentos se denote poca naturalidad. Por otro lado, toda la película menos el primer y el último plano sucede dentro de 4 paredes, dentro de un apartamento de Brooklyn. En Carnage se ve demasiado acartonado, demasiado teatral. Y no es teatral por haberse rodado en un solo escenario, es teatral, porque Polanski en este caso no acaba de sacar todo el jugo que podría haberle sacado (sino revisad The Death and the Meiden, un solo escenario y mucho mejor resuelta). Eso es más grave/imperdonable sabiendo que Polanski es un maestro en espacios pequeños y claustrofóbicos.
Otro elemento que resultan a la vez cara y cruz son las actuaciones. Con un reparto para quitar el hipo: Kate Winslet y Cristoph Waltz interpretando al matrimonio Cowan, padres del niño agresor; y John C. Reilly y Jodie Foster el matrimonio Longstreet, padres del niño agredido. Los personajes no dejan de ser clichés, la mujer ejecutivo, el abogado con el móvil en la oreja todo el rato, el empresario exitoso que empezó desde lo más bajo y la activista acomodada. Lo cierto es que funcionan, pero al hacerlos tan estereotipados para que funcionen los diálogos, se echa en falta una psicología más profunda. De esta manera son los momentos de más hilarismo, los que hacen más gracia, pero los que parecen por momentos más exagerados, por momentos al borde de la sobreactuación (sobre todo Foster y Winslet).
Como conclusión una película con un mensaje muy interesante, aunque no nuevo, con un buen reparto, que sin embargo quizás porque la propia Reza no acaba de saber adaptar su obra en otro medio, o porque Polanski no le acabó de sacar todas sus posibilidades, queda con un resultado agridulce. Supera a la media general; pero insuficiente tratándose de Polanski de quien me esperaba más mala leche, más oscuridad en una historia que se acaba siendo políticamente correcta.
Nota: 6/10