Gracias a Julio González de la Vinoteca La Vendimia, tuvimos el placer de asistir a una cata de vinos de la Bodega Emilio Hidalgo en la que nuestro buen amigo Juan Manuel Hidalgo nos descubrío algunas de sus elaboraciones más “personales”.
No descubro nada nuevo si les digo que soy un gran amante, y a la par defensor, de los vinos del Marco y de aquellos, tal vez un poco olvidados por estar a la sombra de los primeros, que se elaboran en la zona de Montilla-Moriles, y que aún son grandes desconocidos por la mayoría de los mortales en esta nuestra piel de toro, aunque desde aquí animo a todos aquellos que sientan un mínimo de curiosidad a descubrir la elaboraciones de palomino y pedro ximenez fruto de un proceso único en el mundo y que da lugar a frescos finos, salinas manzanillas, complejos amontillados y olorosos, sublimes palo cortados y envolventes px.
Buenas catas he organizado para el “Enolobby charro” con estos vinos y les invito a que busquen por “Jerez” en el blog y disfruten aunque sólo sea de forma “virtual“.
Por cierto, si se animan prueben los brandys envejecidos en las botas de algunos de estos vinos. Y de aquí ¡al infinito y más allá!
En esta ocasión Juan Manuel nos acercó vinos de una gama “especial” basada en una complejidad que realmente los hace adictivos, muy disfrutables y yo diría que únicos.
Pero no quiero seguir poniéndoos los dientes de sable y creo que debo de ir directamente a lo que nos interesa.
Vinos:
1.- Fino Hidalgo.
Vino con 6-7 años de envejecimiento. 15% vol.
Cata:
De color amarillo con menisco alimonado y lágrima fina. Nariz con notas de frutos secos, membrillo fresco, flor de manzanilla, levadura, albarizas y almendra amarga. Boca envolvente, con cuero y excelente acidez. Punzante, largo y complejo. Vino que evoluciona a más a lo largo de la cata. Gran fino.
2.- Fino La Panesa.
Envejecido durante 15 años, es un fino fuera de “norma” de color dorado con menisco ambarino. Precioso.
Nariz en la que predominan las notas de frutos secos, apuntes de levadura, cáscara de naranja, flor de manzanilla y sutiles aromas de avellana. En boca se muestra elegante, sutil, largo, con notas en retro de frutos secos, avellanas, notas de miel y pistacho.
3.- Amontillado Fino El Tresillo.
Fino con vino base de 6 años y 4 años de oxidación. 17,5% vol.
De bonito color ambarino, limpio y con lágrima fina y densa.
Notas de frutos secos, apunets melosos, pasas, higos, sutiles aportes de cáscara de naranja, notas salinas. En boca se muestra cálido, potente, con cuerpo, largo y vinoso.
4.- Oloros Seco Villapanés.
2 años en botella.
Precioso color ambarino intenso. Limpio y brillante. Precioso.
Nariz con notas de naranja confitada, membrillo dulce, caramelo tostado, pistachos, dátiles y cacao. Boca elegante, largo. Excelente y adictivo.
5.- PX Hidalgo.
Bonito color caoba oscuro con menisco ambarino, opaco, denso.
Nariz con notas de uva pasa, cacao, cáscara de naranja confitada, higos. Boca elegante, larga, con retro de crema catalana y caramelo. Con una frescura que no lo hace para nada pesado.
Lo dicho, un verdadero lujo el poder disfrutar con este tipo de vinos con los que acompañar desde unos aperitivos hasta los postres con aromas complejos, boca plena y postgusto largo ¡y sin salir del Marco!.
Creo que son un tipo de vinos a los que apoyar en nuestro país ya que en este caso el refrán de “en casa de herrero…” no es más cierto. Son vinos muy bien considerados allende de nuestas fronteras y ahora que estamos en estas fechas, casi despidiendo este 2013, no estaría de mas introducir alguno de estos vinos en nuestra cena de Nochevieja o en la comida de Año Nuevo, y se lo garantizo, más de uno comenzará a descubrirlos.
¡Salud y buen vino!