En los últimos años, la llamada "enfermedad de los ricos" ha conseguido situarse entre las más frecuentes en los países del primer mundo. Te contamos cómo evitarla y, sobre todo, qué alimentos debes eliminar de tu dieta para que sus molestias terminen por limitar tu calidad de vida.
Se conoce como gota al tipo de artritis provocada por unos niveles altos de ácido úrico en nuestro organismo. Actualmente su aparición se relaciona o bien con el incremento de producción de dicha sustancia por parte de nuestro organismo o bien con un fallo en el funcionamiento del riñón, lo que la ha convertido en una de las enfermedades más comunes tanto entre personas de avanzada edad como con problemas de sobrepeso.
De hecho, la alimentación es uno de los principales factores que inciden en la aparición de la gota. Aunque la medicina actual ha permitido que las personas con tendencia a padecer este tipo de enfermedad puedan disfrutar de una mayor libertad a la hora de organizar su alimentación, existen diversos alimentos que debemos evitar si queremos reducir las posibilidades de sufrir otro ataque de gota, los cuales suelen reaparecer en un periodo inferior a un año en el 60% de los casos.
Carnes. Se recomienda reducir el consumo de todo tipo de carnes, si bien resulta especialmente interesante evitar el consumo de carnes rojas y de caza, como el jabalí, el venado o la liebre. Además, existen diversas zonas que debemos evitar por su alto contenido en ácido úrico, como es el caso de vísceras, cerebro, riñones o hígados.
Pescados. Aunque, por lo general, su consumo no está especialmente restringido, existen ciertos pescados que conviene eliminar de nuestra dieta, como las sardinas, el atún, el caviar y las anchoas.
Mariscos. Es uno de los primeros alimentos que se deben retirar en caso de un ataque de gota. Resultan especialmente peligrosos las gambas, las cigalas, los cangrejos y los mejillones.
Alcohol. Se debe prohibir por completo, ya que dificulta la eliminación del ácido úrico.
Bebidas azucaradas. Aunque no se ha demostrado una relación directa con el incremento del ácido úrico, diversos estudios relacionan su consumo prolongado con la tendencia a acumular dicha sustancia en nuestro organismo.
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