Revista Cine
Venezuela es el país más vanidoso de América Latina, y no lo digo yo, lo dijo alguien más por ahí… y admitámoslo es así: queremos ser flacas, queremos ser bellas. Pero pocas quieren entrenar, craso error… para ser bella tienes que entrenar, no todo es dieta, masajes o cirugías. En fin… para las (y los) que necesitan un poco de motivación he aquí un film que sirve para esta labor, pues el entrenamiento físico se sostiene (en gran medida) con el entrenamiento mental. A fin de cuentas es la voluntad la que nos permite seguir corriendo o levantando pesas, cuando ya no tenemos fuerza para hacerlo.
En Rocky (1976) el personaje de Stallone es un don nadie y quiere ganar. El mismo Stallone lo escribió, es su máxima creación y el arquetipo del boxeador por excelencia, al menos en el cine. Rocky no es un súper hombre, es un tipo más bien promedio que se esfuerza, su mérito es la fuerza de voluntad. Su mérito es conocer sus defectos o debilidades y tener la capacidad para remontarlos, con la que parece la terquedad de un tauro, que lo digo yo que soy una.
En Rocky (I) todos son perdedores, Talia Shire (la hermana de Francis Ford Coppola) es Adrian quien se convertirá en la esposa de Rocky, una mujer de vida gris que trabaja en una tienda de animales, Paulie (Burt Young) el hermano alcohólico de esta, y Mickey (Burgess Meredith) el entrenador de un club pobre que ayudará a Rocky a ganar el campeonato. Sin embargo, todos esos “perdedores”, que incluyen al mismo Rocky son el panorama del cual tendrá que desenmarcarse Balboa, para remontar lo que ha sido la mediocridad de su vida. Todas las películas sobre este personaje, tienen escenas memorables que conjugan la música incidental, con la imagen de Rocky corriendo, entrenando al aire libre. Especialmente en “Rocky II” podemos ver a Stallone entrenar enérgicamente en las calles acompañado de niños, escena que culmina al subir las escaleras del Museo de Arte Contemporáneo de Filadelfia: poesía pura para deportistas.
Mas allá de la motivación por el campeonato y el boxeo, en todas las entregas de este film, hay un montón de diálogos y frases celebres sobre la voluntad, sobre el ganar, el compromiso con uno mismo y la victoria como el esfuerzo absoluto, solo ganas si te esfuerzas verdaderamente, porque ya esforzarte es un premio. En “Rocky III”, el personaje de Mr. T, Clubber Lang lo dice en un diálogo: “Vivo sólo, entreno sólo y ganaré el título sólo. El gran reto de mi vida es conseguir ese título, no deseo otra cosa”. Gracias a ese afán, puede darle una buena paliza a Balboa, quien ya se había “civilizado” luego de ganar algunos campeonatos.
La cinta del 2006, la última entrega, nos deja otro diálogo resaltante, Rocky le dice esto a su timorato hijo, quien se ha quejado de vivir bajo su sombra: “Te diré algo que ya sabes, este mundo no es un arcoíris y nubes rosas. Es un mundo malo y salvaje, y no importa que tan rudo seas, te pondrá de rodillas y te dejará así permanentemente si lo dejas. Ni tú, ni yo, ni nadie golpeará tan duro como la vida, pero no importa que tan duro lo hagas, importa lo duro que resistas y sigas avanzando. Cuánto resistirás y seguirás avanzando, así es como se gana. Y si sabes cuánto vales sal a buscar lo que mereces, pero debes ir dispuesto a que te den golpes. Y no a culpar a otros y decir no soy lo que quiero ser por él, por ella o por nadie, los cobardes lo hacen y tú no lo eres. ¡Tú eres mejor que eso!”
Si, suena muy autoayuda, pero siempre me ha parecido que Rocky, funciona como una alegoría sobre la voluntad en la vida y el deporte. Ganadora de algunos Oscar y otros reconocimientos esta cinta es un clásico que te levanta de la cama directo al Gimnasio.
Stallone dirigió las entregas subsiguientes a la primera parte, a excepción de Rocky V dirigida por John G. Avildsen, quien también fue el director de la primera película.
Calificación: 10/10