¿Cómo Manejar las Emociones?
Las emociones son la gran asignatura pendiente del ser humano, y es que a veces nos desbordan, y además todo el mundo lo nota, son por decirlo de alguna forma “indiscretas”, cuando sentimos timidez o vergüenza se nos pone la cara colorada, y aunque hagamos grandes esfuerzos por evitarlo, nada, la cara sigue colorada.
Mientras que si tenemos un pensamiento, por muy negativo que sea, nadie nos lo nota, cuando sentimos una emoción el organismo se nos revoluciona, se nos puede erizar el vello si sentimos miedo, sudar de rabia, el corazón empieza a palpitar con más fuerza, el pulso se acelera, nos tiemblan las manos, se nos seca la boca, incluso ante un disgusto fuerte se nos puede alterar la tensión sanguínea, en definitiva, sentir ciertas emociones puede ser peligroso para nuestra salud, ya que nuestro organismo parece que se ha descontrolado totalmente, y no lo podemos evitar.
Tipos de emociones
Solemos clasificar las emociones en negativas y positivas, así, la rabia, los celos, la ira, el asco, el odio, el resentimiento, el miedo, la tristeza etc. son negativas, en cambio, el amor, la alegría, esperanza, ilusión, gozo, ternura etc. son las emociones positivas.
Esta clasificación debe ser cierta porque las emociones negativas, nos hacen daño, y a veces hacen daño a terceras personas.
Cuando nacemos, nacemos completos, con la capacidad de sentir todas las emociones que existen, tanto las negativas como las positivas, esas emociones las llevamos siempre dentro de nosotros, otra cosa es que unos las manifiesten más que otros, pero existen en todos nosotros.
Hay personas que se niegan a admitirlo, y dicen que ellos nunca han sentido odio, o ira, o agresividad, y lo niegan porque es políticamente incorrecto confesar haber sentido alguna vez esas emociones.
Pero no debemos tenerle miedo, están ahí, forman parte de nosotros, el problema esta en que con alguna de ellas no sabemos que hacer, por ejemplo la ira cuando se agudiza termina siendo furia y esta se puede convertir en agresividad.
La agresividad que en los tiempos pasados, era necesaria, porque nuestros antepasados la necesitaban por su forma de vida, (le era imprescindible para poder comer, debían expresar su agresividad con los animales si querían salir vivos) pero ahora no nos sirve de nada, el problema es que sigue ahí, y no sabemos que hacer con ella, si nos la quedamos dentro nos hace daño y si la sacamos le hace daño a los demás, ¿que podemos hacer?
¿Cómo canalizar las emociones?
Lo primero, no negarlas, tenemos que aceptarlas, saber que forman parte de nosotros, y a partir de aquí, debemos saber canalizarlas.
Algunas veces las emociones son repentinas, algo pasa, y nuestra respuesta automática es una emoción, de pena, de miedo o de rabia. Pero otras veces las vemos llegar, algo que cada vez nos enfada más y más y sabemos que eso va a desembocar en ira o agresividad si no hacemos nada al respecto.
Cuando las vemos llegar, debemos respirar profundamente y ser capaces de calmarnos, antes de que nos desborde, en otros momentos en los que podemos sentir frustración, o tristeza porque nuestras expectativas no se han cumplido, puede ser sano gritar cuando estamos solos, o darle puñetazos a un cojín.
Tenemos que empezar a conocernos a nosotros mismos, saber que es lo que puede alterarnos o disgustarnos, saber que nos quieren decir las emociones, porque éstas tienen información muy valiosa acerca de nuestras necesidades y deseos. Sabiendo esto podemos tomar decisiones más acertadas.
Debemos saber perdonar, no tomarnos las cosas tan en serio, entender y comprender los limites de las personas que nos han ofendido. Perdona para poder sacar las emociones negativas que te están envenenando.
No le des importancia a lo que no la tiene. A veces nos ofuscamos con cosas triviales, y olvidamos lo verdaderamente importante.
Acepta a las personas tal como son. No intentes cambiar su actitud y comportamiento. Y más importante aún acéptate a ti misma, con tus limitaciones.
También debemos comprender que si existen es por algo, por ejemplo el miedo a veces nos puede salvar la vida, ya que ante un peligro, el miedo nos hace reaccionar de forma inmediata, huyendo o preparándonos para luchar.
Sin embargo, en otras ocasiones, (casi siempre), el miedo nos paraliza, cuando sentimos miedos por cosas como, arriesgarnos a hacer algo que sabemos que nos conviene o a intentar algo nuevo en nuestra vida que no sabemos de antemano si nos va a salir bien o no, este miedo es necesario canalizarlo para no sentirlo ya que al ser tan paralizante nos perjudica.
Y tu, como controlas tus emociones.