Revista Cocina

Cómo usar el diario de movimiento

Por Robertosancheze

Bueno, en realidad ya lo deberías tener a mano. El Proyecto Re-movimiento empezó ayer, y hoy ya tendrías que anotar cuánto tiempo has estado en “sedentarismo total”, el primer ejercicio de nuestro experimento.

De todas formas, me gustaría compartir contigo algunas ideas para usar el diario de movimiento, aparte de utilizarlo como registro para algunos ejercicios.

Antes de nada, ya que éste es un experimento intensivo y prioritario, considero que lo ideal es escribir cada día, aunque sean unas pocas palabras, incluso algo así como “hoy no me he movido nada de nada”. Escribir a diario, independientemente de lo que se escriba, es un gran ejercicio de conciencia sobre esta prioridad de moverse –o cualquier otra–, complementario a las propias prácticas diarias. A pesar de que hayas olvidado hacerlas o que te hayas movido muy poco o nada, como mínimo te aseguras de que durante un instante tu cuerpo es el centro de tu atención. En mi opinión esto ya es muy interesante, algo así como acordarte de que tienes un cuerpo, vives en un cuerpo, y no solo en tu pensamiento. Evidentemente, y como todo lo que propongo –lo comentaba en el mismo ejercicio del registro de sedentarismo–, que tengamos unos ideales no quiere decir que debamos caer en perfeccionismos neuróticos. La aceptación de nuestra inconsciencia y la auto-flexibilidad –darnos margen a nosotros mismos– son dos virtudes indispensables para una vida en bienestar.

A partir de ahí, considero que las entradas diarias en el cuaderno podrían separarse en dos partes, una “obligatoria” y la otra opcional, o no necesariamente diaria.

La primera, sería una breve descripción del desarrollo durante esa misma jornada del centro de atención activo –el viernes 13 empezaremos con el primero, “Descalzarse y usar los pies”. Así que, en pocas palabras, describiría cómo he trabajado el centro, cuánto tiempo le he dedicado, qué ejercicios he practicado, etc., además de las sensaciones que he experimentado durante la práctica. Fácil, ¿verdad?

La segunda parte podría realizarse también a diario, aunque al centrarnos en un único foco de conciencia y práctica cada quincena puede resultar demasiado repetitivo. El caso es que, cada pocos días o una vez a la semana, recomiendo dedicar unas líneas más al registro diario del centro de atención para dejar anotadas reflexiones y sensaciones generales respecto a la evolución del experimento, como por ejemplo:

· Cuánto me está costando mantener la atención en el cuerpo.

· Qué cambios voy notando.

· Dónde noto más carencias o detecto puntos débiles, para tenerlo en cuenta y reforzar el trabajo en el futuro.

· Qué progresiones he ido adaptando a mis propias condiciones.

· Qué ideas se me ocurren como cambios futuros en mi entorno para poder integrar el movimiento en mi vida diaria.

· Cómo ha afectado la convivencia con mis allegados al dedicar más atención y tiempo a moverme.

· Percibo o no cambios en mi estado de atención, concentración o conciencia.

· Hasta qué punto estoy percibiendo mejoras en mi bienestar general.

· E incluso cómo ha influenciado el experimento en mi visión vital, mi lista de prioridades, etc.

En definitiva, el diario de movimiento puede dar muchísimo juego, por un lado como refuerzo del propio proyecto, y por otro como práctica complementaria de toma de conciencia y profundización en diversos aspectos.

Espero que uséis el diario a diario. Eso querrá decir que, como mínimo, sois conscientes de que tenéis un cuerpo y de que sabéis que podéis moverlo.

All you need is move

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