Revista Cocina

Curnonsky, el Príncipe de los Gastrónomos

Por Debierzo @debierzo

CurnonskyMaurice Edmond Saillant (1872 - 1956), nació en Angers el 12 de octubre de 1872, gastrónomo y critico culinario francés, fue “bautizado” como el príncipe de los gastrónomos. Gran latinista, Curnonsky (seudónimo por el que es conocido), poseía un extraordinario sentido del humor, una pluma aguda y un apetito voraz.

¿Pero quién fue Curnonsky? Pues el padre de la crítica y la crónica gastronómica moderna. Proveniente de una rica familia, a sus 18 años se va a vivir a París para estudiar periodismo. Es cuando elige el  seudónimo de “Curnonsky” para firmar sus artículos. Al comienzo de su carrera, colabora con numerosos periódicos y se hace amigo del escritor Émile Zola.

Después de la exposición universal de 1900, forma parte de la delegación de viaja a Extremo Oriente con una delegación de prensa y descubre la diversidad de la cocina china. Cuando vuelve a París comienza a escribir crónicas gastronómicas en “Le Journal” y “Le Matin”.

A partir de 1921, publica con la ayuda de Marcel Rouff, una colección de 28 tomos sobre la cocina regional y los mejores restaurantes de Francia, “La France Gastronomique”. Clasifica la cocina francesa en cuatro grandes dominios: la alta cocina, la cocina burguesa, la cocina regional y la cocina campesina.

En 1927 es elegido príncipe de los gastrónomos, por varias revistas culinarias. En 1930 funda la academia de gastrónomos y publica unas 50 obras de cocina. Más tarde, en 1930 funda la “Académie de Gastronomes” y en 1933 la academia del vino de Francia con el barón Pierre le Roy Boiseaumarié.

Algunas de sus citas más celebradas nos dejan entrever su evocación y fascinación por la cocina más simple, sin excesivos refinamientos, destacamos:

“La cuisine, c’est quand les choses ont le gôut de ce qu’elles sont” . “La Buena Cocina es cuando las comidas saben a los ingredientes que la componen”.

Se considera el creador del “auto-turismo” gastronómico, pese a que no podía conducir; de hecho se dice que fue él quien bautizó al muñeco de Michelín como Bibendum.

En 1956, tras una vida dedicada a la gastronomía, sometido a dieta, cayó desde la ventana de su apartamento. No se sabe lo cierto del hecho, si fue un accidente, si cayó desfallecido por su frugal alimentación, o si por el contrario intentó suicidarse. Y es que, sin duda, el Príncipe de los Gastrónomos nunca debió ponerse a dieta.


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