De símbolo sexual con su serie ‘Los Vigilantes de la Playa’, David Hasseholff ha pasado a ser una especie de caricatura que deambula por internet y los comerciales, como el que os traigo a continuación. Echando un rápido vistazo a IMDB, vemos que su vida se centra en apariciones esporádicas, ya que desde que tuvo problemas con las drogas y el alcohol (hasta llegar al vídeo donde, borracho e incapaz de ponerse de rodillas, su hija tiene que meterle una hamburguesa en la boca), hasta la expresión de su rostro ha quedado marcada por los excesos. Lo que tenemos hoy día es un claro ejemplo de en lo que podría convertirse Charlie Sheen dentro de unos años, porque mientras Sheen está convencido de que el mundo le sonríe (con varias novias, espectáculos en vivo que acaban fatal y con su nombre en boca de todos), Hasseholff es el claro ejemplo de que el público no se ríe con él, sino de él.
Ahora, le tenemos aprovechando esos puntos fuertes en la memoria colectiva para vestirse de pollo gigante y Cheerleader para anunciar videojuegos.
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