Justo hace dos años, septiembre de 2018, se celebró un evento realmente interesante en Burgos denominado Duero Wine Fest (aún me duele verlo en ingles), y que glosamos en dos entradas del 2018, parte 1 y parte 2. El evento tuvo un gran éxito y repercusión, y desde la Junta de Castilla y León se comprometió a mantenerlo bianual, aunque no se podía garantizar la misma sede en la capital burgalesa. Dos años despues estamos en la Era Covid19, y estos eventos que traían riqueza y renombre al mundo del vino en Castilla, deben desarrollarse de otra manera, mas telemática, más virtual, pero afortunadamente sin perder importancia, como en esta edición del 2020. Curiosamente del evento me enteré de casualidad, por Instagram, mis alertas de google fallaron y tampoco fui invitado, así que poco os puedo contar más allá de la nota de prensa que os incluyo, elaborada por el gran arte de Raquel Pardo. De este proyecto en la Finca Zamadueñas se habla un poco en la parte 2, un gran esfuerzo para recuperar uvas autoctonas castellanas casi extintas.
En el blog siempre he estado centrado en dar a conocer los vinos de Castilla y León, y este tipo de eventos son una punta de lanza que no podemos desaprovechar. Nos vemos en dos años.
R.
Castilla y León recupera 14 variedades en peligro de extinción para asegurar el futuro y la biodiversidad de su patrimonio vitícola
Hoy (21 de septiembre) se ha celebrado una cata a distancia impartida por los Master of Wine Almudena Alberca, Pedro Ballesteros y Sarah Jane Evans, en la que también han participado Paco Berciano e investigadores del ITACYL, para mostrar una selección de variedades fruto de la investigación del Instituto.
Puesta en Cruz, Gajo Arroba, Negro Saurí, Cenicienta, Estaladiña y Tinto Jeromo son seis de las 14 que la investigación ha considerado idóneas para el cultivo y desarrollo en la Comunidad por sus aptitudes enológicas y agronómicas, además de su capacidad de adaptación al cambio climático en sus lugares de procedencia.
Valladolid,21 de septiembre de 2020.- Hoy se han reunido ante sus pantallas de ordenador más de 70 profesionales del sector para asistir a una singular cata impartida por los Masters of Wine Almudena Alberca, Pedro Ballesteros y Sarah Jane Evans y conducida por el cofundador y director de Alma Vinos Únicos, Paco Berciano, que también ha contado con la participación de los investigadores del ITACYL (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León) José Antonio Rubio Cano, Investigador, Jefe de la Unidad de Cultivos Leñosos y Hortícolas del Itacyl; Enrique Barajas Tola, Investigador de la Unidad de Cultivos Leñosos y Hortícolas del Itacyl; Sergio Vélez Martín, Becario Predoctoral de la Unidad de Cultivos Leñosos y Hortícolas del Itacyl; y Alberto Martín Baz, enólogo de Estación Enológica de Rueda.
Tanta expectación la han despertado seis variedades ancestrales recuperadas de la extinción en distintos puntos de Castilla y León por el Instituto, que lleva desde los 90 inmerso en un trabajo investigador que permita recuperar y seleccionar los mejores clones de variedades locales que puedan adaptarse al viñedo de la Comunidad y proporcionen un patrimonio resistente al cambio climático, complementario con el de otras variedades ya instaladas en el campo de Castilla y León y capaces de aportar valor a sus zonas de origen.
Estas seis variedades presentadas forman parte de una colección más amplia que llega hasta las 14 castas con buenas aptitudes enológicas o agronómicas que ha seleccionado, de más de un millar de cepas originarias que se encontraron en más de 200 parcelas, de las que se seleccionó después una treintena con interés y que finalmente ha quedado en esas 14 uvas recuperadas: Áurea, Bastardillo Chico (Merenzao), Bruñal, Cenicienta, Estaladiña, Gajo Arroba, Mandón (Garró), Negreda, Negro Saurí (Merenzao), Puesta en Cruz (Rabigato), Puesto Mayor, Rufete Serrano Blanco, Tinto Jeromo y Verdejo Colorao. Algunas de ellas ya están reconocidas oficialmente como variedades comerciales y otras están en proceso de evaluación por la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV).
Para seleccionar las seis variedades de la cata de hoy se ha contado con el personal investigador del ITACYL y la inestimable colaboración de los tres Masters of Wine que han presentado los vinos, junto a Paco Berciano, reconocido experto vitivinícola, que ha ejercido de maestro de ceremonias. Todos ellos han trabajado en equipo, catando y valorando los aromas, sabores y cualidades organolépticas de diversas variedades y han escogido una muestra representativa por su singularidad, que se ha mostrado hoy al público profesional de toda España (sumilleres, personal de distribuidoras, prensa especializada).
Las seis uvas escogidas, mostradas en una vinificación de la cosecha de 2019 han sido:
1. Puesta en Cruz 2019: Variedad blanca. Localizada en la comarca de Arribes en muchos de los viñedos, tanto en la parte de Zamora como de Salamanca. Es citada por García de los Salmones (1914). Es una variedad sinonimia de la variedad Rabigato de Portugal. Se trata de una población de cepas de Rabigato evolucionando en la comarca de Arribes.
2. Gajo Arroba 2019: Variedad tinta. Localizada en la comarca de Arribes en muchos de los viñedos, tanto en la parte de Zamora como de Salamanca. Es sinonimia de Cornifesto en Portugal. Se dispone de 1 clon certificado. Es una variedad productiva, de bayas gordas y racimos apretados de tamaño medio-grande; tiene el hollejo fino y una maduración media o tardía. Es productiva, con acidez marcada.
3. Negro Saurí 2019 : Son sinonimias de Merenzao. Son poblaciones de Merenzao evolucionando en Arribes (Bastardillo Chico) y en la DO León (Negro Saurí). Se dispone de 5 clones certificados de cada una de ellas. Es una variedad más complicada de cultivar que el resto, delicada y sensible a enfermedades, con una maduración irregular y rápida que requiere atención máxima a final de vendimia, aunque si madura bien es muy fina y elegante.
4. Cenicienta 2019: Variedad tinta. Localizada en la DO Rueda, con muy pocas cepas, en peligro de extinción real. Es una variedad totalmente nueva. Se dispone de 1 clon certificado. Es, seguramente, la variedad más rara de la cata, de la que solo se han encontrado dos o tres cepas en un viñedo prefiloxérico, aunque se ha logrado multiplicar hasta llegar a 200 cepas. Es pilosa y esto hace que, cuando el viento mueve las cepas, se vean de color grisáceo, lo que puede haber dado origen a su nombre. La uva procede de una parcela con suelo de cascajo y arena, poco profundo.
5. Estaladiña 2019 : Variedad tinta. Localizada en la DO Bierzo, en distintas localidades, y autorizada por la DO. Es citada por García de los Salmones (1914) en la provincia de León. También se la conoce en la zona con el nombre de Pan y Carne. Es una variedad totalmente nueva. La hoja es muy similar a la de Merenzao por lo que a veces los viticultores las confunden. Se dispone de 1 clon certificado. Este vino procede de una parcela con influencia de clima atlántico; emparentada con la Prieto Picudo, aunque tiene una hoja parecida a la de la Merenzao y puede llevar a confundirse con ella.
6. Tinto Jeromo 2019: Variedad tinta. Localizada en la comarca de Arribes en muchos de los viñedos, tanto en la parte de Zamora como de Salamanca. Es una variedad totalmente nueva. Se dispone de 4 clones certificados. Es productiva y tardía, con racimos grandes de bayas medianas y hoja muy erecta. Es interesante por su acidez y frescura, apta para combinarse con otras uvas o elaborarse por separado. Pudo ser, en el pasado, una variedad interesante por su productividad, cuando se querían producir kilos. Este vino procede de la misma parcela que la Gajo Arroba, pero en zonas más frías puede dar lugar a una acidez mayor. Abre un mundo de posibilidades vitícolas porque se puede jugar mucho con su cultivo y permite experimentar.
Cada una diferente y singular, han mostrado en cata ser variedades idóneas para formar parte del catálogo de variedades de sus respectivas zonas de procedencia (Arribes, Bierzo, Zamora, Salamanca, Rueda…) y su valor como aportación a un entorno de diversidad y personalidad en los vinos.
También suponen una puerta clara hacia el futuro de unas DDOO más volcadas en el origen y de la resistencia al cambio climático que afecta al viñedo mundial. Igualmente, suponen un activo que abre opciones de rentabilidad y valor añadido a los viticultores, tanto por su adaptación ancestral al territorio como por su capacidad de madurar en óptimas condiciones y dar lugar a vinos desconocidos e interesantes para los mercados.
“Aunque este conjunto de variedades se ha localizado en diferentes zonas vitivinícolas y son muy diferentes entre sí, tienen algunos aspectos comunes que las hacen destacar y aumentar su interés ante escenarios de vendimias más adelantadas y veranos muy calurosos”, comenta el investigador José Antonio Rubio y añade: “Se trata de variedades que alcanzan una acidez muy apreciable y muchas de ellas mantienen una maduración tardía, lo que las hace especialmente valiosas e interesantes. Además de conservar la acidez incluso con periodos de maduración calurosos, en los vinos han destacado matices muy distintos y novedosos tanto en nariz como en boca, aspectos con una rusticidad y una mineralidad suaves y muy agradables que aportan diferencias con las variedades conocidas. Por tanto, se trata de la aparición de un grupo de variedades que aportarán frescura y novedad en el panorama vitivinícola español y ofrecen nuevas características a los consumidores”.
Nota de Prensa de Raquel Pardo (MAHALA WINE)
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