Revista Cocina
Mal muy mal, tiene que estar viendo la situación económica, la cadena líder de distribución en España, para adoptar la medida de convertir los elitistas y 'pijos' Opencor, situados en los mejores barrios de nuestras ciudades y en los locales más caros, con unos precios de delirio para la oferta que contenían. En populares supermercados de proximidad rebajando los precios de cinco mil productos, hasta un 20 %, y creando marcas propias en limpieza, droguería y perfumería, además de la que ya contaba en alimentación.
Si bien El Corte Inglés, en su nota de prensa, lo anuncia como una gran idea y un esfuerzo para conseguir estar cerca del consumidor, realmente ha sido una salida para quitarse la imagen de tienda cara, pues cerca ya estaban, dado que los locales son los mismos que con el formato anterior, y realmente no deja de ser una bajada de pantalones y aceptar, finalmente, el éxito de Mercadona.
No voy a dedicar una sola línea para defender a los señores propietarios de la marca Mercadona, pues de ellos también se comenta su voracidad, por otra parte propias y parece que inevitables, de cierto capitalismo empresarial muy español. Pero desde el principio, y soy cliente desde hace años, entiendo que el concepto y ciertas conductas laborales son bastante diferentes en todo, a las que se practican, desde hace ya años, en el gran Corte Inglés del Sr. Álvarez.
La idea de Mercadona, con la marca Hacendado, y el resto de magníficas marcas de limpieza y perfumería. Está lejos de conseguirla, hoy por hoy, con las que tiene y las que quiere consolidar el gran monstruo, del cartel verde, pues la suya: 'El Corte Inglés', es la única que funciona y siempre ha funcionado. No veo yo a Aliada, y a las nuevas marcas de perfumería y droguería, en ese nivel, quizá porque nunca creyeron en ellas y Mercadona sí.
Me alegro, por otra parte, que por fin entren en razones y traten de mejorar la oferta, dejando algo de su beneficio a favor del sacrificado consumidor. Pero me molesta que después de tres años largos de crisis, no lo hayan intentado antes, y sólo con la caída de ventas y el despegue conseguido, en la crisis, del gigante valenciano. Les haya hecho ver la necesidad de acercarse al cliente y darle algún argumento de carácter económico para acudir a los nuevos super muy distintos, por cierto, a los anodinos Opencor; caros malos, y con un poco de todo, pero nada de lo esencial. No quiero aprovecharme ahora, pero quienes bien me conocen, saben de mis dudas desde siempre, sobre su utilidad y las pocas visitas que les hacía, salvo para comprar la prensa, a última hora.