FICHA TÉCNICA:
Dirección: Michael Apted, Curtis Hanson
Guión: Kario Salem
Producción: Curtis Hanson, Brandon Hooper, Jim Meenaghan
Dirección de fotografía: Oliver Euclid, Bill Pope
Montaje: John Gilbert
FICHA ARTÍSTICA:
Frosty: Gerard Butler
Jay: Jonny Weston
Kristy: Brenda Hesson
Kim: Leven Rambin
Blond: Devin Crittenden
Argumento:
La auténtica y estimulante historia del fenómeno del surf Jay Moriarity. Cuando, a la edad de 15 años, Jay descubre que las míticas olas conocidas como “Mavericks”, unas de las más descomunales del planeta, se aproximan a su hogar de Santa Cruz, donde van a romper, consigue la ayuda del legendario Frosty Hesson para que lo entrene y así poder sobrevivir a dicho fenómeno. Cuando Jay y Frosty se embarcan en el empeño de lograr lo imposible, va surgiendo entre ellos una singular amistad que transforma sus vidas; y su intento de dominar a las Mavericks se convierte en algo que rebasa la práctica del surf.Parece que el surf está volviendo a ganar fuerza como temática dentro del circuito comercial, pues Persiguiendo Mavericks es la segunda cinta surfera que se estrena en España este año. Sin embargo, si la vez anterior Soul Surfer nos dejó con ganas de tirarnos por una ventana, esta vez, aún no siendo la mejor película que podría ser, los resultados son notablemente mejores.
Igual que en Soul Surfer, nos encontramos ante el biopic que nos cuenta parte de la vida de Jay Moriarity, un joven surfista de California que pasó a la historia del deporte por atreverse a surfear Mavericks, un tipo de olas gigantes que aparecen en la costa californiana cuando se produce el fenómeno de El Niño en el Pacífico; y que su pasión por el riesgo le llevó a una temprana muerte.
La cinta está muy centrada en el entrenamiento al que Jay se somete para ser capaz de cabalgar las Mavericks, pero obviamente, este se ve envuelto por una serie de situaciones y conflictos personales, que nuestro protagonista logrará superar usando el surf como vehículo para sus emociones. Y este, en realidad, es el tema de la película. El vivir al día, aprovechar al máximo el tiempo que tenemos, y hacer frente a nuestros miedos para que no nos dominen.
Desde el punto de vista artístico estamos ante una película muy bonita de ver, con una excelente fotografía que saca todo el partido posible a las puestas de sol interminables del Pacífico, así como a los paisajes californianos. Las escenas de surf están muy bien rodadas, aunque, ligeramente sobreeditadas. Algunas de las cabalgadas filmadas hubieran ganado en espectacularidad si el director se hubiera recreado más en ellas, usando barridos largos, y no tanto plano corto intercalado. La parte narrativa es la que se resiente en ocasiones, pues algunas de las subtramas apenas están exploradas – a los supuestos “villanos”/rivales casi se los podrían haber ahorrado-, y en ocasiones el guión peca de excesivamente explicativo. Aunque supongo que esto se ha hecho pensando en el público no iniciado, lo cierto es que llega a saturar.
Puede que no estemos ante una obra maestra del género, pero desde luego está muy por encima del nível que las cintas de surf suelen presentar. En definitiva, una película entretenida y de alta carga visual para pasar un buen rato.