Vaya por delante que estamos en recetas para niños y en algunos casos adapto recetas clasicas para facilitar la introducción de alimentos, en especial las verduras, en la dieta.
Por lo tanto, no vais a encontrar la receta de fideuá clásica para puristas. Esta es una versión que he utilizado con frecuencia con niños entre 3 y 6 años con una gran aceptación.
Los ingredientes, en este caso las verduras, pueden variar según gusto o dependiendo de las que tengamos disponibles. Se puede hacer perfectamente con verduras congeladas.
Las cantidades pueden variar del mismo modo. Podemos poner más o menos verduras de un tipo u otro. Lo que os indico es orientativo.
En cuanto a la carne he utilizado pollo, pero admite cualquier variación (cerdo, ternera…) incluso carne picada
¡Dejaros llevar por vuestro instinto!
Ingredientes:
1 puerro,
Judías verdes (frescas 250 gr)
Guisantes (100 gr)
2 zanahorias
Brécol al gusto
1 calabacín.
1 pechuga de pollo
250 gr de fideos para fideuá
3 cucharadas de tomate natural
Azafrán
750 ml. de caldo (puede ser de pollo o de cocido)
Preparación:
En una cazuela de barro con un poco de aceite ponemos un puerro cortado en rodajas. Dejamos rehogar 5 minutos.
Si utilizamos verduras frescas es mejor que las judías verdes y los guisantes estén previamente cocidos.
En primer lugar añadiremos las zanahorias en rodajas (he utilizado zanahorias baby) pasados 5 minutos añadiremos el
brécol, cortado en ramilletes pequeños, las judías verdes y los guisantes.Dejamos que se vayan haciendo y movemos con frecuencia.
Pasados otros 5 minutos incorporamos el calabacín y la pechuga de pollo, ambos cortados en cuadrados pequeños.
Salpimentamos, ponemos las 3 cucharadas de tomate, mezclamos bien y dejamos 15 minutos.
Pasado este tiempo, añadimos un chorro de vino y cuando haya dado un hervor incorporamos los fideos.
Mezclamos bien y esperamos hasta que los fideos “chupen” el jugo de la cocción.
Es el momento de incorporar el caldo caliente y el azafrán machacado.
El tiempo de cocción variara según los fideos (10/12 min). Apagamos el fuego, dejamos reposar y…
¡Listo para saborear!