FAMILIA Y EQUIPO.-
Fútbol y balas. Y no, no me estoy refiriendo a ese penoso y trágico episodio que supuso el asesinato del defensa de fútbol colombiano Andrés Estrada, autor de un gol en propia meta en el Mundial de Estados Unidos de 1994 que le costó el ser ejecutado por la mafia de las apuestas de su país. Afortunadamente, en este caso nos encontramos en el territorio de la ficción, y ese binomio, de apariencia tan poco conciliadora, es el que se da cita, como pivote argumental, de “Hermano”, un film venezolano que firma el director Marcel Rasquin, y que, tras un periplo relativamente exitoso por numerosos festivales internacionales en todos los rincones del mundo (desde Moscú a Los Ángeles, pasando por Shanghai o Viña del Mar), llega ahora a las pantallas comerciales españolas, para ofrecernos la historia de dos hermanos cuyo sueño y aspiración es el triunfo deportivo, mediante la dedicación al fútbol profesional, como vía de escape respecto a un entorno familiar y social fuertemente degradado, cuajado de trampas y dificultades, y en el que la salida “natural” para jóvenes sin recursos ni esperanzas suele estar asociado a la pólvora y el crimen.
“Hermano” se inserta, pues, en esa línea de cine de tintes sociales, condimentados con un trasfondo de drama violento, en la que varios títulos del cine latinoamericano reciente (desde “Ciudad de Dios” hasta “Amores perros”, pasando por “María llena eres de gracia” o “Mundo grúa”, entre muchos otros) han conseguido un notable prestigio crítico a nivel mundial, así como una notoriedad que, probablemente, resulta mucho más difícil de alcanzar para propuestas inscritas en otras coordenadas temáticas y/o tonales. Y presenta, como otro de sus activos más interesantes, el de la encarnación de sus personajes protagónicos por parte de un elenco de jovenes actores, con especial mención para sus dos centrales (dicho sea sin segundas futboleras...), los dos hermanos a que se refiere el título, a cargo de Fernando Moreno y Eliú Armas; dos perfectos desconocidos, con escasos bagaje y experiencia, pero de los cabe esperar un trabajo tan fresco como intenso (a ello apuntan las referencias existentes). No será éste un film de público masivo, obviamente, pero sí puede ser una propuesta que, desde sus limitaciones, abra aún más el abanico de países de habla hispana que se incorporan a un mercado cinematográfico cada día más abierto.
* Apuntes sobre el cine que viene LXIII.-