Tenía un solomillo de cerdo y me parecía poco para tres personas, así que pensé, ¿cómo lo puedo hacer para que cunda más?
Se me ocurrió que tenía una masa de hojaldre en el congelador y mi mente empezó a pensar... repasé la nevera y abrí armarios para ver qué podía utilizar para rellenarlo...
Saqué una cebolla, una manzana, queso de cabra, unos dátiles, unas tiras finas de bacon, miel y mostaza...Sofreí primero en una sartén las tiras de bacon y aparté, en el mismo aceite que había soltado preparé un sofrito con la cebolla cortada en ruedas muy finas, una cucharada sopera de miel, una cucharada sopera de mostaza y una hoja de laurel, tapé y dejé que pochara a fuego muy lento... a continuación añadí una manzana en taquitos muy pequeños y los dátiles cortados en ruedas.
Mientras extendí con ayuda de un rodillo la masa y abrí el solomillo, como un filete, lo mas fino que pude.
Salpimenté la carne y la rellené con el sofrito y coloqué encima unas ruedas de queso de cabra. Con cuidado lo pasé por la plancha, muy caliente, para sellar la parte inferior, lo envolví en un "saquito" con la masa, pinché con un tenedor la superficie varias veces y con ayuda de una brocha pinté la masa con huevo batido.
Horneé a 180º unos 30 minutos o así, hasta que ví que la masa cogía un tono dorado y al final le puse 4 minutos al grill para terminar de dorar.
Al cortarlo para servir quedaba muy bonito porque se veía el relleno en capas y el sabor con un toque dulce era extraordinario.
Es un plato muy vistoso y apetecible y muy llamativo e impide que el solomillo quede seco.
Lo que más tengo que destacar de esta receta es que empleé algo que no había utilizado nunca "el papel de horno" ¡qué invento! a parti de ahora no voy a hacer nada sin él, no se pega ni se quema nada ¡¡QUE MARAVILLA!!